Si quieres saber mi opinión sobre cómo vencer al «radicalismo» o cómo conseguir que no nos gobierne el «populismo» pasa y siéntate.

No prometo una solución fácil ni cortoplacista, pero si prometo que si este país la aplicase no sólo obtendría las ventajas de frenar al radicalismo o al populismo. Obtendría muchas más ventajas. Ganaríamos más dinero, llegaríamos al pleno empleo e incrementaríamos las tasas de felicidad.

La solución por más y mejor educación. Es mucho más fácil que un pueblo culto, educado y con valores, perciba las consecuencias reales por votar o apoyar estas ideologías.

Hemos de reconocer que la solución no debe ser sencilla. Uno de los grandes poderes, el cuarto que son los medios de comunicación, está en contra y a pesar de ello los populistas ganan elecciones. No disponen de periódicos o televisiones que les apoyen como sí ocurre con los partidos no populistas. Creíamos que Berlusconi, uno de los primeros populistas modernos, llegó al poder por el apoyo de los medios de comunicación que dominaba. Y compruebo ahora que no. Es triste decir que llegó a gobernar por su programa político. O quizás es que los medios tradicionales han cambiado. ¿Valdrá más un tuit que un artículo en un periódico? Lo que es indudable es que ellos dominan internet.

¿Estoy diciendo que los que votan Trump o Iglesias no han recibido una buena educación? Probablemente. Pero definamos antes educación.

Yo soy profesor de universidad como alguno de ellos y no por ello soy educado. Nos sorprendemos cuando personas «bien educadas» hacen cosas terribles, pero ello evidencia que educar no consiste sólo en transmitir conocimiento.

En próximos artículos propondré alguna idea para mejorar el sistema educativo español, que sin abandonar los conocimientos, debe conseguir que Antonio y Juanjo sean más competentes y con más valores.

Cometer a propósito un error ortográfico con tal de tratar de atraer la atención de la gente es un recurso que nunca me gustó excepto cuando lo hicieron Quevedo y Juan Ramón Jiménez. «Zielo» como centro comercial o «La kala» como bar en una cala. Puede que llame a esta serie de artículos «Eduka».

Y tú, ¿aportas alguna propuesta real que mejore el actual sistema educativo?