El consejero delegado del Grupo Gallardo Balboa, Francisco Javier Sánchez, ha suscrito la carta abierta de los 76 máximos responsables (CEO) de la industria siderúrgica europea sobre la reforma de derechos de emisión de CO2 que "debe garantizar la protección del clima sin limitar la competitividad" de estas industrias.

Los responsables de la siderúrgica europea han enviado esta carta a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea antes de las negociaciones finales sobre reforma del Sistema de Comercio de Derechos de Emisión de CO2 de la UE (EU ETS).

En la carta afirman estar de acuerdo en que el cambio climático es una cuestión "crítica" que es "urgente" abordar a nivel internacional y apoyan plenamente los esfuerzos para reducir las emisiones de CO2 de manera rentable en toda la economía de la UE.

En opinión del CEO del Grupo Gallardo, la reforma "debe garantizar la protección del clima sin limitar la competitividad" de la industria siderúrgica, "ya lastrada por los elevados costes energéticos en España y por el dumping chino", según recoge el Grupo Gallardo Balboa

"Debemos cumplir los objetivos de reducción de CO2 sin perder nuestra capacidad de innovación y de creación de puestos de trabajo", ha remarcado Sánchez.

En las próximas semanas, se tendrá la oportunidad final de dar forma a un ETS de la UE que "responda mejor a estos objetivos, preservando al mismo tiempo la industria siderúrgica de Europa y los millones de empleados que sustenta".

Se puede evitar así cargar el sector con "altos costes que contrarresten la inversión o que aumenten el riesgo de pérdidas de puestos de trabajo y cierres de plantas en la UE".

Según el Grupo Gallardo, el sector del acero "se esfuerza por reducir las emisiones de CO2"; sin embargo, la legislación de la UE sobre el régimen de comercio de derechos de emisión crea "elevados costes de carbono" incluso para las plantas de acero con mejor rendimiento, a pesar de que "el propio sector ha sido reconocido sin ambigüedad en la evaluación de impacto de la Comisión Europea".

En su forma actual, ha precisado, el ETS de la UE favorece "las importaciones de acero de competidores de terceros países que no tienen tales costes" y que tienen "una huella de carbono mucho mayor que la del acero fabricado en la UE".

"Si la directiva sobre el RCDE de la UE fuera aprobada sin algunas de las mejoras solicitadas al Parlamento Europeo, habrá una escasez de derechos de emisión para nuestra industria de alrededor del 35 % para el año 2030", ha explicado.

Por ello, los CEOs insisten en solicitar ayudas para preservar la sostenibilidad y la competitividad global de la industria siderúrgica europea. "Europa debe ser capaz de producir los aceros innovadores que sustentan la sociedad moderna y que ayudan a reducir las emisiones de CO2", ha concluido.