Unos 18.000 escolares, la mayor parte de ellos de Educación Secundaria, serían las víctimas del nuevo conflicto entre Junta y transportistas. Tras la polémica de principios de curso, las empresas adscritas a Artex se hicieron con el 90% de las rutas escolares, mientras que el resto recayó en empresas ajenas a la asociación, y cuya posición ante un hipotético conflicto aún no ha sido desvelada.

A día de hoy, el enfrentamiento parece no tener salida, ya que ni siquiera hay acuerdo en el planteamiento básico: Artex reclama una deuda de alrededor de seis meses, mientras que Educación asegura que tal deuda no existe, y que sólo restan por abonar dos mensualidades, la presente y la de noviembre.

Pese a lo mal que pinta la situación, todo es posible, puesto que los usuarios de este servicio llevan dos años al filo de la navaja contemplando desavenencias a primera vista irreconciliables entre las dos partes, que se llevaban hasta el límite de plazo y, de la noche a la mañana, se solucionaban en maratonianas reuniones de ultimísima hora.