Tanto la subdelegada del Gobierno en Badajoz, Pilar Nogales, como el jefe de la Guardia Civil en Extremadura, Francisco Espadas, que presidieron los actos por la patrona del cuerpo, aludieron a la situación en Cataluña, a la presencia de agentes en esa comunidad y recordaron a las mujeres desaparecidas en Monesterio y en Hornachos.

«Tenemos retos importantes, en especial el esclarecimiento de la desaparición de Manuela Chavero y Francisca Cadenas, cuyas familias siguen con incertidumbre la evolución de ambos casos», manifestó Nogales. Espadas recordó que «no cerramos ningún caso hasta que se resuelven».

El jefe de la III Zona de la Guardia Civil expresó en un momento de alocución que «siento desazón, cierto desasosiego por los graves momentos que vive España, y la democracia». Seguidamente, tuvo palabras de homenaje a los agentes que «en medio de insultos y agresiones realizan su servicio con profesionalidad»; y expresó su «esperanza en el regreso a la paz y normalidad de catalanes y los demás españoles».

La subdelegada del Gobierno aludió a que «nuestro país, unido, se enfrenta a una situación sin precedentes», que «las instituciones democráticas tienen el deber de mantener el orden constitucional y salvaguardar las libertades, la soberanía nacional y garantizar el respecto al marco jurídico que los españoles decidimos en 1978 que sería el que regiría nuestra convivencia democrática».

Afirmó Nogales que «es verdad que nos ha dolido mucho ver las situaciones de acoso y de hostilidad que habéis sufrido en estas últimas semanas. Pero también es cierto que la reacción de los españoles y de una gran mayoría de catalanes, con apoyo hacia vuestra institución, nos ha llegado al corazón».

Así mismo, los actos por el Día del Pilar que se desarrollaron en Badajoz fueron estrictamente oficiales, sin otras celebraciones lúdicas, y se llevaron a cabo en el patio de la comandancia, donde se entregaron 20 condecoraciones a miembros del cuerpo y a personas que han colaborado con la Guardia Civil.

Entre esas condecoraciones cobró especial emotividad el homenaje que se brindó a los veteranos, personificado en Nicolás Romano, quien recibió un obsequio y acudió acompañado por su hijo y por su nieto, conformando la imagen de tres generaciones de guardias civiles.

A Nogales y Espadas les acompañaron Isabel Gil Rosiña por parte de la Junta de Extremadura; representantes de otras instituciones, mandos de las fuerzas armadas y de los cuerpos de seguridad, además de familiares y allegados de miembros del cuerpo y de los condecorados, teniendo en cuenta que el presidente de la Junta, el alcalde, la delegada del Gobierno y otras autoridades se hallaban en Madrid, en los actos centrales del Pilar, presididos por el rey Felipe.