Un turista inglés y de religión protestante cargó también ayer a Nuestra Señora del Amor en lo que representa la anécdota de la procesión de la Sagrada Cena, que también se caracteriza por la nutrida presencia de niños de corta edad en el desfile procesional. Cruce de culturas de la mano del británico, Marc Anthony, y la más pura tradición en la imagen de los niños recorriendo las calles. Aunque lógicamente alguno tuvo que renunciar sobre la marcha. El Sábado Santo será el mismo obispo, Amadeo Rodríguez, quien acompañe el Santo Sepulcro antes de que las campanas toquen a gloria.