Isidro Jiménez lleva 14 años jubilado y fue propietario de una empresa de tejidos en Mérida, con lo que cobra, asegura que llega "al día quince si a caso" y para un café cada dos o tres días como mucho. Isidro analiza la situación y lamenta que "después de haber trabajado 42 años solo recibo 520 euros". El y su mujer se las apañan con gran esfuerzo económico y aún así no le falta el humor, "uno ya es muy viejo, si no iríamos a robar a un banco" y así le tienen, que anda contando a diario la escasa pensión que cobra del Estado. Normalmente "mi señora y yo lo gastamos en la comida y en las cosas de casa, y si salimos es a dar un paseo alguna tarde, pero ya está" y reclama "otra pensión bastante más allá de lo que tenemos porque no se pueden hacer milagros con 520 euros".