Más de siete mil personas, según cifras facilitadas por la organización, acudieron el pasado sábado hasta Monesterio para participar en las degustaciones populares del Día del Jamón, Fiesta de Interés Turístico de Extremadura. La actividad que llegó a su vigésimo octava edición, volvió a llenar de público, ---venido de todos los rincones del país--, los más de 20.000 metros cuadrados que la organización puso a su disposición, y que este año, cono novedad, incluyó una nueva zona entoldada con la que dar cobijo, pero sobre todo ofrecer sombra en las calurosas horas centrales del día, a quienes abarrotaron los recintos de la piscina, el parque municipal y todos sus aledaños.

A seis euros la ración de jamón ibérico de Monesterio, servida en generosos platos, los asistentes tuvieron la oportunidad de degustar los mejores productos de cada marca, seleccionados por los industriales que colaboran con el ayuntamiento en esta celebración. Además, también se pusieron a la venta piezas de jamones, paletillas, lomos, chacinas y quesos, que fueron adquiridos hasta casi agotar existencias.

Pero no solo en el recinto oficial, sino que las tiendas, mataderos y secaderos que jalonan la travesía del municipio, vivieron a lo largo de la jornada uno de los mejores días de venta de productos ibéricos, «solo comparable a las fechas previas a la Navidad», explica Antonio Quintero, profesional del sector que colabora con esta fiesta desde sus inicios.

Dentro de las novedades, los visitantes pudieron deleitarse con el trabajo de seis cortadoras profesionales de jamón. Una actividad diseñada, explicó el alcalde, Antonio Garrote, «como reconocimiento a la relevancia que tiene la mujer en todos los ámbitos, y fundamentalmente en el de las industrias cárnicas». Garrote destacó la «importante promoción que para Monesterio ha sido desde hace muchos años el reclamo de los productos ibéricos que las industrias locales elaboran».