Con esa ropa no sales", "dónde vas y con quién", "a mí no me etiquetes en esa foto para que no vea mi novio que he salido de fiesta",... Son frases más habituales de lo que parece entre los jóvenes extremeños, tal y como confirman algunos de ellos, que evidencian que los comportamientos sexistas y machistas, el germen de la violencia de género, siguen existiendo.

"Conozco un par de chicos de mi edad que le han levantado la mano a su novia y me sorprende que siga pasando esto en la época en la que estamos, parece que somos muy modernos para todo excepto para eso, pero sobre todo lo que abunda son comportamientos sexistas y comentarios que poco ayudan a lograr la igualdad entre hombres y mujeres", cuenta José Antonio, un joven de 21 años estudiante de Filología Portuguesa en la Universidad de Extremadura (Uex). "Aunque creamos que el machismo ya no es lo que era sigue existiendo, está muy presente también entre la juventud y esas actitudes son muy perjudiciales porque marcan límites entre hombres y mujeres", reconoce uno de sus compañeros de clase, José Manuel. Pone más ejemplos otro alumno de Filología Francesa, Carlos: "Tengo algún conocido que no deja a su novia que salga vestida de una determinada forma y que incluso le dice que borre fotos comprometidas de las redes sociales".

Y es que las nuevas tecnologías se han convertido en una manera de ejercer acoso cada vez más frecuente entre los jóvenes. "Son una forma de tener controlada a la pareja, afecta a la confianza y reprime la libertad", cuentan otras dos alumnas de la Uex, Nerea y Rosa, de 20 años. "El control del móvil y eso de la ropa que deben ponerse lo he escuchado mil veces, creo que las redes sociales son negativas tanto para este tipo de conductas, como para el racismo y la homofobia porque potencian más esas ideas", añade José Manuel.

Las alumnas dicen que conocen gente que evita ser etiquetadas en la redes sociales en fotos determinadas para que no le vea su novio. Sin embargo, estas situaciones lejos de crear alerta en sus protagonistas siguen considerándose por los adolescentes actos de amor, según explica Marisa Tena, integrante de la Asociación Malvaluna. "Las formas tradicionales de ejercer posesión y control han cambiado con las nuevas tecnologías, que hacen más difícil que las jóvenes perciban estos comportamientos como violencia de género por su normalización". Pero ojo, no solo es cosa de chicos. "Hay chicas también muy celosas y que tienen sometidas a sus parejas", coinciden estos jóvenes.

Los universitarios consultados creen que la solución está en una buena educación desde la base, sin embargo, "siguen existiendo colegios que segregan por sexos, cosas retrógradas para seguir consintiéndolas", lamenta José Manuel. "Por todos lados estamos rodeados de muchísimo machismo, hasta en restaurantes de comida rápida te preguntan si con el menú infantil quieres un juguete de niño o niña, y esas cosas deberían ser denunciables, tendría que haber multas para evitar que se sigan propagando esos roles", opina. "Y alguien debería controlar lo que se difunde en las redes sociales o incluso las mismas plataformas tendrían hacer algo ante comentarios machistas", dice Nerea. Por todo ello, estos estudiantes consideran que la igualdad suena utópico. "En la sociedad en la que vivimos es muy complicado conseguir una igualdad real y efectiva; si hay discotecas donde las chicas no pagan y los chicos sí y otras incluso que no deja pasar a los chicos sino va una chica", denuncia Carlos.

HERRAMIENTAS "La televisión y el cine son una buena herramienta para que la gente conozca lo que pasa cuando controlas a alguien, cuando lo machacas, cuando estás encima todo el día; nadie es más que nadie en una pareja y enseñarnos eso desde bien pequeños es fundamental", opina Sandra, de 20 años. En este sentido, Marisa Tena reconoce que se trata de un problema del conjunto de la sociedad y no solo de la escuela. "Mientras la desigualdad siga viéndose como algo normal, las conductas se seguirán repitiendo. Hay que ofrecer el mensaje contrario desde todos los ámbitos de la sociedad, hay que enseñar a los jóvenes que hay otras formas de relacionarse".

Tena reconoce que en la asociación vienen observando que cada vez atienden a mujeres de menor edad que sufren violencia de género. Los datos del INE corroboran esta realidad. En 2013 --últimas estadísticas disponibles-- más de un centenar de las víctimas con medidas de protección contabilizadas en Extremadura tenían menos de 25 años, esto supone el 17% del total de las víctimas extremeñas.