Ahorradores, puesto que ocho de cada diez aseguran que reservan una parte de su asignación para poder comprar algo más caro; conformistas, ya que no reclaman si no les satisface la compra, y abusan del teléfono móvil --más del 80% lo usa a diario y es la primera prioridad del gasto para la mayoría--. Este sería un perfil inicial de los jóvenes extremeños según el estudio realizado por el Consejo de la Juventud de Extremadura (CSJEx) en colaboración con el Instituto de Consumo, presentado ayer por Laura Garrido, presidenta del CSJEx, y Pedro García, director del Instituto de Consumo.

Ambos advirtieron de que el haber incluido en la encuesta un abanico de edad extenso --entre 14 y 30 años-- podía dar lugar a aparentes contradicciones. Así, aunque la mayoría señala que son precio y calidad, por delante de la marca, los factores que determinan la compra, se aprecia que al pedirles que se decidan por productos concretos suelen repetir los de las marcas que más se publicitan (Nokia, Stradivarius, Nike, Coca Cola...). Garrido explicó que lo que revela un análisis en profundidad es que los adolescentes son más sensibles a la marca, mientras que conforme el joven va madurando esta influencia se apaga.

En lo que sí hay coincidencia es en el principal destino del gasto, ya que casi la mitad se decantó por el móvil, lo que no es extraño teniendo en cuenta que es su principal vía de comunicación. A partir de ahí se marcan notables diferencias entre hombres y mujeres. Ellos se decantan por videojuegos, coche o tabaco, y ellas por ropa y calzado.

Otra contradicción es la que se da cuando se aborda el consumo responsable. Son mayoría los jóvenes extremeños que aseguran que tienen dinero suficiente para realizar sus compras, lo que revelaría que planifican el gasto y actúan conforme al dinero del que disponen. Sin embargo, es también mayoría la que afirma que no tiene dinero suficiente para comprar todo lo que le gustaría, lo que indicaría según el análisis cierta "frustración", si bien es verdad que ello no les lleva a endeudarse, sino a actuar de manera positiva, ahorrando para conseguir aquello que desean.

LOS PADRES NO SABEN Pero el estudio no se limitó a los jóvenes (350 en el total de la muestra), sino que incluyó también a padres y madres y técnicos de las oficinas de Consumo.

En el apartado de padres y madres, la mayoría asegura que tiene estipulada una paga semanal --cuando los hijos son más pequeños-- de entre 5 y 20 euros, y mensual --cuando son mayores-- de entre 100 y 200 euros, y asumen como natural que una parte del dinero lo gasten en alcohol y tabaco.

Otra cuestión llamativa es que padres y madres "generalmente no saben dónde gastan el dinero sus hijos". Es decir, creen que lo gastan en copas o regalos, pero ignoran sin también en preservativos u otras cosas.

Además, reconocen ser proteccionistas para que sus hijos no carezcan de lo que a ellos les faltó en su juventud, y también que sus hijos son "protestones" pero incapaces de iniciar un mecanismo normalizado de reclamación.

En cuanto a la tercera pata del estudio, los técnicos, se muestran muy críticos y creen que los jóvenes gastan más de lo que necesitan y se dejan influir por la publicidad, pero añaden que este comportamiento es el mismo que el del resto de colectivos en una sociedad consumista. También indican que los jóvenes no realizan quejas porque no conocen los mecanismos, y cuando las hacen es muchas veces "mediante insultos y amenazas".