El consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente de Extremadura, José Luis Navarro, dijo ayer sobre el posible cierre de la Central Nuclear de Garoña (Burgos) y las hipotéticas implicaciones que esto tenga en la central de Almaraz, que la situación de esta es "radicalmente distinta" porque aporta más energía y ha funcionado menos años.

Navarro explicó que, tal como han expuesto ya responsables del Gobierno central y del PSOE, la decisión sobre Garoña corresponde ahora, tras el pronunciamiento no vinculante del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), al Ejecutivo "en términos de política energética" y en función del último programa electoral general socialista. Sobre este documento, ha precisado que "contemplaba una reducción progresiva y ordenada del parque nuclear a la finalización de su vida útil, siempre que el sistema energético lo permitiera y siempre que la garantía de la seguridad del suministro fuera total".

El consejero de Industria extremeño agregó que "cuando la Central de Almaraz esté en la misma situación que la de Garoña se aplicarán los mismos criterios". No obstante, subrayó que es preciso "recordar las dos diferencias sustanciales entre una y otra", entre ellas la producción de energía, ya que la planta burgalesa aporta el 1,5% de la que se produce en el país y la cacereña el 6%.

La segunda es que la Unidad I de la Central de Almaraz lleva funcionando una década menos que la planta de Garoña y la Unidad II hasta 12 menos. "Son situaciones radicalmente distintas", incidió Navarro.

Por otro lado, el ministro de Fomento, José Blanco, dijo ayer, sobre el posible cierre de Garoña, que el PSOE en su programa electoral apuesta por el cierre de las centrales nucleares, salvo que por "dificultades energéticas", y de forma excepcional, haya que mantenerlas abiertas.