Hace unos 15 años, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts se empezó a hablar de un término que ya se ha colado en la Universidad de Extremadura: FabLab (Fabrication Laboratory) o lo que es lo mismo, un laboratorio de fabricación. Con más de 400 en todo el mundo, los FabLab son espacios que disponen de las herramientas tecnológicas y maquinaria necesarias para hacer realidad proyectos, para fabricar ideas, para crear, para inventar, para compartir conocimientos, democratizar la tecnología y ponerla al alcance de todos.

Uno de estos laboratorios funciona en Extremadura desde hace unos seis meses gracias a la apuesta de un grupo de profesores y alumnos de la Escuela Politécnica de Cáceres. El primer FabLab extremeño y el décimo del país es en realidad un Smart Open Lab --conocido como SOL por sus iniciales--, un germen de FabLab, puesto que no cumple aún todos los requisitos necesarios, solo le falta la maquinaria más costosa. Salvo esa cuestión, el SOL de Politécnica cumple a raja tabla con esta filosofía. "Su acceso es abierto a todas las personas que quieran, sean o no de la universidad; cumple con un decálogo que incluye normas de uso y seguridad; dispone de herramientas básicas para la fabricación de objetos; y pertenece a una red mundial de FabLab que permite compartir iniciativas en red", explicó ayer el profesor Antonio Gordillo, responsable de este nuevo espacio, durante la presentación del laboratorio de la Uex. Sí dispone de aparataje básico, incluidas dos impresoras 3D, una fresadora, drones,... algunos incluso reciclados por ellos mismos, pero faltan los más costosos: una cortadora láser, otra de vinilo, un minihorno de convención... "La inversión es pequeña, con 50.000 o 100.000 euros se puede montar un FabLab", destaca.

Ubicado en el edificio de Telecomunicaciones de la Politécnica, dentro del proyecto Smart PoliTech, por este espacio pasan cerca de un centenar de alumnos a la semana, principalmente de estudios técnicos aunque está abierto a cualquiera; colaboran una decena de profesores y desde el principio se están desarrollando en su interior prototipos que podrían colarse en el mercado, como el sistema de autentificación de Daniel o la batería táctil de Luis.

VISITA Este último fue el estudiante encargado de mostrar ayer las instalaciones a las personas que acudieron a la presentación oficial de este laboratorio, que cuenta con el apoyo de la Uex y la propia escuela, así como del Consejo de Alumnos, de Google Developer Group de Cáceres y del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, entre otras. Durante la presentación, Gordillo señaló que en este espacio "es donde debemos inculcar a los alumnos la creatividad y la curiosidad por hacer cosas nuevas; aquí no sólo hay que enseñar fórmulas". Destacó, además, que es una forma de generar y compartir conocimientos que reviertan en el bienestar de la sociedad.

En la misma línea, el rector de la Uex, Segundo Píriz, valoró la puesta en marcha de este laboratorio que permite lo que Bolonia no ha logrado por falta de financiación, y es que los alumnos puedan poner en práctica sus conocimientos desde el primer día, reseñó. "Es una idea maravillosa, de aquí saldrán cosas de las que se hablarán mucho y que esperamos que generen riqueza en la región". El director de la Politécnica, Luis Mariano del Río, añadió que fomenta el trabajo en equipo, las prácticas desde el primer curso y "permite abrirnos al exterior".

A la presentación también acudió el responsable de Cenatic, Manuel Velardo, que incluyó SOL en la Red de FabLab de Extremadura, que se puso en marcha en marzo y que persigue crear laboratorios como este en siete puntos de la región para que cualquier persona pueda llevar sus proyectos a la práctica. Cenatic coordinará estos espacios y los apoyará para su desarrollo, indicó Velardo, que recordó que será el FabLab de Almendralejo el que contará con las herramientas más potentes.