Belén aprobó las oposiciones de Primaria en el 2009 con un 7,5, no sacó plaza, pero desde entonces no ha parado de trabajar como interina hasta este curso. "Algún año he estado parada dos o tres días, pero inmediatamente me han vuelto a llamar para un colegio u otro". El curso pasado pasó por cuatro centros: en Zahínos, Arroyo de la Luz, Pueblo Nuevo de Miramontes y Baños de Montemayor, pero este todavía no se ha movido de casa. "No me han llamado y es desesperante, no me despego del móvil por si acaso, es como una obsesión pero no sé si voy a trabajar, creo que este año no me va a tocar". Está la número 228 en la lista de interinos, pero va por el 196. "A estas alturas cualquier otro año ya superaba el número 300. De hecho el años pasado trabajé desde principio de curso y estaba la 231". Su situación es consecuencia del aumento de la jornada y de no cubrir las bajas que sean inferiores a diez días. "Educación se ha tirado hasta tres semanas sin llamar a nadie. Es la primera vez que está pasando esto", dice esta maestra de Aceuche de 38 años, que además ya no cobró el verano pasado porque no acumuló 280 días laborales --otra medida de ahorro de la Consejería de Educación--. A ratos pierde la esperanza. "Es una pena que después de estar luchando y dejándote tu vida ahí, yo y muchas personas más vivamos en esta incertidumbre, pero no voy a tirar la toalla", señala. Mientras, vive pegada al móvil y cobrando el paro desde el verano.