Impresionante lección de devoción la que dieron el pasado Viernes Santo los hermanos de la Ilustre y Real Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro (Cáceres, 1470) que con lágrimas en los ojos aguardaron en el interior de la ermita de la Soledad a la espera de que el cielo callara. De nada valieron sus plegarias y, finalmente, una intensa lluvia impidió que este desfile procesional, uno de los más tradicionales de la ciudad, realizara su impresionante recorrido por los adarves.

Emotiva e inolvidable fue la imagen de los cofrades, que habían trabajado muy duro para que la procesión se celebrara con el rigor y la majestuosidad de siempre. Incluso, la junta directiva había preparado la salida de un muñidor, una imagen rescatada de siglos atrás y que este año iba a procesionar junto al Cristo Yacente y la Virgen de la Soledad.

Mejor suerte corrieron el resto de procesiones del Viernes Santo. La primera, y más tradicional de la capital cacereña, fue la de la madrugada, con su espectacular Jesús Nazareno a la cabeza junto a las siete tallas restantes que cada año saca la Pontificia y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia (Cáceres, 1464).

Aunque en un pequeño tramo del desfile el Nazareno apareció recubierto con un plástico, lo cierto es que la de la madrugada atrajo las miradas de cientos de cacereños que volvieron a llenar las calles para honrar a la imagen a la que mayor devoción profesan. Este año, la cofradía estrenó las andas de la Virgen de las Angustias y el paso de La Magdalena portaba faroles nuevos. También hubo flamantes dalmáticas, desfilaron las bandas de cornetas y tambores y la de la hermandad de la Ferroviaria, de Mérida.

Alrededor de 1.600 cacereños participaron en la organización del desfile, que también rindió homenaje a Teresa La Navera, nuestra querida saetera recientemente fallecida. La bajada por el Adarve y su entrada en la plaza de Santa María fue, como siempre, espectacular.

JESUS DE LA EXPIRACION

La cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Expiración y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza (Cáceres, 1992) se vio obligada a acortar su recorrido. En San Pedro cubrieron al santo con un plástico y se desviaron por la Fuente Luminosa. Los hermanos hicieron su tradicional carrerilla de Santa Clara a San Mateo para matar el gusanillo y, afortunadamente, procesionaron.

Los Estudiantes (Cáceres, 1958) también sacaron al Santísimo Cristo del Calvario y sólo tuvieron que cubrir la imagen con un plástico en el tramo que va de la calle Corte a San Juan. En esta ocasión los penitentes llevaban cirios de cera en lugar de farolillos y los de la hermandad de la Expiración realizaron una ofrenda floral al Calvario.

La de ayer --la de la cofradía del Santísimo Cristo de las Batallas y María Santísima de los Dolores Servitas (Cáceres, 1951) es la única procesión del Sábado Santo cacereño-- también pudo echar a andar con Nuestra Señora del Buen Fin y Nazaret. La talla, con sus tradicionales rosas rojas, estrenó estandarte.