Preside una de las principales cooperativas extremeñas, San Agustín de Obando, y desde el día 23 de enero es, a su vez, presidente de Acorex. Llega en medio de la convulsión, con tres cooperativas importantes, como son San Isidro de Miajadas, Amalia de Sajonia y Campiña Sur, queriendo abandonar el grupo, pero con el convencimiento de que logrará traer la paz social a Acorex y asegurar el futuro de la que es la principal empresa agroalimentaria de la región con 42 cooperativas asociadas que implican a 6.500 agricultores y ganaderos. Se trata de la primera entrevista que concede en prensa y sostiene que no tiene apego alguno al cargo, tanto que su compromiso con los socios es convocar en un año una nueva asamblea y elegir un nuevo presidente. Entiende que lo importante es contar con un buen equipo rector y técnico que tengan muy claro cuál es la dirección en la que debe ir Acorex y niega tajantemente que existan injerencias políticas en el grupo.

--¿Tiene salida Acorex?

--Por supuesto. Es un proyecto en el que creemos profundamente. De lo contrario, no me hubiera embarcado en él.

--Todos a una no parece, porque San Isidro se fue y recientemente Santa Amalia y Campiña Sur han dicho que no van a volver.

--Bueno, nuestra intención es ir todos a una. Y nos resistimos mucho a creer que no vayan a seguir con nosotros Santa Amalia y Campiña, lo mismo que San Isidro cuando soluciones sus problemas. Las puertas de Acorex siempre van a estar abiertas para ellos.

--¿Es cierto que había un pacto entre Obando y Santa Amalia para que los segundos ostentaran la presidencia que el final se rompió?

--No. Es completamente falso.

--Santa Amalia y Campiña Sur representan mucho en Acorex. ¿Si no volvieran podría funcionar el grupo?

--Acorex funcionaría de una u otra manera. Pero esa opción no está en nuestra cabeza. En el consejo rector hay 13 asientos y se han ocupado 11, hemos dejado 2 asientos para estas dos cooperativas. Tenemos un proyecto con el que pretendemos empezar a trabajar lo antes posible y creo que cuando Santa Amalia y Campiña vean que funcionamos, que se acabó el lío, regresarán.

--Pero habrá que hablar, supongo ¿No?

--Hay que atraerlos con diálogo y con hechos. Tiene que haber diálogo, por supuesto, pero, además, hechos. Si nosotros empezamos a funcionar y ellos ven que estamos haciendo las cosas bien, estoy convencido de que parte del camino está hecho.

--¿Por qué se ha llegado a esta situación?

--Porque la situación social y económica que ha habido en los últimos dos años y medio no ha sido la que se esperaba.

--Un año y medio, tres presidentes, tres salidas de socios, una guerra de cooperativas... ¿Cómo se ha llegado a esto?

--Porque me imagino que había un proyecto de la anterior dirección general y la anterior presidencia que supongo que tendrían su plan de viabilidad y su forma de entender cómo había que hacer las cosas, pero que finalmente no se concretó en nada que fuera lo que esperaban estas cooperativas. Y todo eso ha dado lugar a un conflicto social.

--Lo que trasluce hacia afuera es que hay cooperativas que no se fían de Acorex.

--En efecto, eso es lo que pasaba hasta ahora. A partir de este momento, hemos hechos algunos cambios en la gestión, cambios que también solicitaban Santa Amalia y Campiña, que devolverán la confianza a los socios. Por eso le decía antes que andando el camino y comprobando ellos que vamos a ir por la buena dirección, creo que volverán.

--¿Qué aporta Manuel Ortega a Acorex?

--Ilusión, trabajo, esfuerzo para lograr la paz social y conseguir que el proyecto sea viable.

--¿Es posible mantener Acorex independiente, al margen de la absorción de grupos, por ejemplo Dcoop, como llegó a plantear la anterior presidencia?

--Es posible. Pero eso no significa cerrar las puertas a nadie, tengo que decirlo también.

--¿Entonces tampoco rechazan del pleno la opción de Dcoop?

--El futuro nunca sabe uno lo que va a depararte. En consecuencia, no podemos cerrarnos puertas. Nuestra opción prioritaria es seguir vinculados a Extremadura e ir en solitario a la vez que nos fortalecemos. Pero más adelante, si se puede, nos gustaría crecer.

--En la asamblea del día 14, cuando dimitió el consejo rector, fue entre otras cosas porque los socios se opusieron a la absorción por parte de Dcoop.

--Es que cualquier opción de absorción o fusión de Acorex con Dcoop o cualquier otro grupo cooperativo precisa de la aprobación de dos tercios de la asamblea y sólo la negativa de Santa Amalia y Campiña Sur lo hacían inviable. No había tiempo que perder en esa opción porque de partida era imposible al no contar con respaldo, pero el futuro Dios dirá. Nunca se sabe, de hecho las integraciones es lo que prima ahora en el mundo cooperativo y habrá que estar pendientes de ellas, pero bueno, no hay que correr tanto. De momento, a nosotros como Acorex lo que nos interesa es fortalecernos y cuando hayamos conseguido salir de la situación en la que estamos ya se verá.

--¿Cuál es el estado financiero del grupo? ¿Cuánto se debe?

--En estos momentos, por las fechas en las que nos encontramos, estamos cerrando el ejercicio y analizando la situación económica. Ya sabe que acabamos de aterrizar como aquel quien dice y, por tanto, no me gustaría dar datos que pudieran ser erróneos o mal interpretados. En cuanto tengamos los datos, los socios serán los primeros en conocerlos.

--¿Pero se puede decir que el estado financiero es bueno?

--Es que el término bueno es muy amplio y la cuestión requiere de matices y caben distintas interpretaciones. Ahora, una cosa le digo: el estado financiero de Acorex tiene solución.

--¿Están al habla con entidades financieras extremeñas o cómo van a solventar que Acorex disponga de liquidez?

--Hemos iniciado conversaciones con distintas entidades financieras, no sólo extremeñas pero también extremeñas. Y parece ser que van por buen camino.

--¿Y con la Junta de Extremadura qué tal la relación?

--Con la Junta de Extremadura nuestra relación, como no podía ser de otra manera, es muy buena. Ellos son nuestros principales acreedores y agradecemos su implicación en el grupo.

--¿Va a haber un director general nuevo tras la salida de Juan Luis Aceitón?

--Estamos volcados ahora mismo el consejo y yo en tratar de encontrar el perfil idóneo y más necesario para Acorex teniendo en cuenta nuestra situación y hacia dónde nos queremos dirigir. Y más pronto que tarde elegiremos a esta persona.

--¿Qué perfil buscan?

--Estamos barajando varias posibilidades, fíjese aún tenemos que decidir si es alguien externo o alguien de dentro del grupo, donde también hay buenos profesionales. Tiene que ser un profesional que sepa gestionar Acorex y que conozca los entresijos del mundo cooperativo.

--¿Qué opina de quienes dicen que ha habido injerencias políticas en Acorex?

--Nosotros somos completamente libres. Y eso no es una frase vacía, se lo digo porque en todas las tomas de decisiones no vamos a permitir injerencia externa alguna. Si llevarse bien con el Gobierno extremeño se considera una injerencia allá cada uno, pero nosotros lo negamos. Llevarse bien con la Junta de Extremadura es lo lógico, es lo normal, pero de ahí a que interfiera en nuestras decisiones u operaciones va un trecho.

--¿Y anteriormente a su llegada ha habido injerencias?

--Yo creo que tampoco. Yo doy por hecho que no. Estoy convencido de que cualquier persona que haya estado en mi puesto presidiendo el consejo rector no las habrá permitido igual que yo no las voy a permitir.

--Acorex ha tenido 3 presidentes en año y medio. ¿Usted llega para dar cierta continuidad?

--Pues mire, le contradigo. Precisamente en la asamblea en la que fui elegido una de las propuestas que yo hice, y que mucha gente demandaba por parte de la asamblea, era que el cargo de presidente de Acorex no fuera de 4 años, nada de gente aferrada al sillón. Pensábamos que el presidente no debía llevar todo el peso específico del grupo y que el cargo fuera rotatorio y por un año. Para eso hay que tener un buen consejo rector y marcar una dirección adecuada y consensuada de la que se salga después.

--¿Usted viene por un año entonces?

--En efecto. En un año otra persona cogerá las riendas de Acorex.

--¿Y esa fórmula es mejor?

--No sé si mejor o peor. Lo que sí sé es que yo en un año deberé cumplir con mi responsabilidad, junto con todo el equipo rector elegido, de estabilizar las cuentas, alcanzar la paz social e integrar a todos los socios, los que están y los que han anunciado su marcha. ¿Lo que vendrá después? Que lo decida la asamblea.

--Su compromiso, pues, es convocar una asamblea en un año para elegir nuevamente una presidencia para Acorex.

--Exactamente. Para que los designios de Acorex lo sigan marcando sus socios.