Atascos en Hernán Cortés, atascos en los hoteles, atascos hasta por Pintores, Gran Vía y la plaza Mayor. Cáceres se vistió esplendorosamente de largo ayer para iniciar la que, sin duda, es la fiesta más importante de cuantas se celebran en la capital cacereña y la que mayor número de turistas congrega.

Gran parte de este éxito se debe a la labor que desarrolla la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres, que trabaja ininterrumpidamente a lo largo de todo el año para hacer de ésta una Semana Santa sobria y con una marcada seña de identidad: la ciudad monumental.

Y es el escenario de la parte antigua el que sirvió en la jornada del Domingo de Ramos para dar cabida a las tres primeras procesiones de la carrera oficial. Como ya es tradicional, la cofradía de los Ramos (fundada en 1946) abrió los actos.

El paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalem (más conocida como procesión de La Burrina) es, junto al Santo Entierro, la procesión oficial de la Semana Santa cacereña. Ayer realizó un pequeño cambio en el recorrido para desfilar por la plaza Mayor, que estrenó su graderío y que, a diferencia de otras ciudades españolas, es gratuito.

ACOMPAÑAMIENTO Hubo bendición de palmas y ramas de olivo en San Juan. Cuatro turnos de 30 hermanos portaron el paso y más de 500 niños desfilaron. Acompañaron también la Banda Romana de Cornetas y Tambores de la Cofradía de los Ramos y la banda de la Cofradía del Santo Sepulcro de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real). Las concejalas Basilia Pizarro (PP) y Carmen Heras y Rosa Granado (ambas del PSOE) participaron en el desfile.

También estaban presentes la pregonera María Jesús Herreros de Tejada, el presidente de la Unión de Cofradías, Luis Jiménez Pulido, el mayordomo de la cofradía José Manuel Martín Cisneros y la popular cantante Felisa Rodríguez.

Por la tarde salió de Santiago de los Caballeros Nuestra Señora de la Misericordia, de la cofradía del Nazareno, fundada en 1464 y considerada la más antigua de la ciudad puesto que sus primeras reglas datan de 1446. La Misericordia lleva dos pasos, el camino del Calvario, composición del Cristo Caído, y la Verónica, con el lienzo impreso de la faz de Cristo. Después de la Sagrada Cena es el paso más grande que desfila. La Virgen va bajo palio, en los laterales porta el escudo de la ciudad y ayer estrenó bambalinas, bordados y dos nuevos estandartes, según explicó el mayordomo César García González.

Más de 120 hermanos cargaron a la Misericordia y unos 80 al Señor Camino del Calvario (conocido como la Caída). Más de 100 hermanos de escolta acompañaron el desfile junto a las bandas de las Batallas, del Nazareno y de la diputación.

CUATRO TURNOS El último desfile fue el de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Amor (fundada en 1989). Su paso, el Señor de las Penas, es un ecce homo de Pedro de la Cuadra, del siglo XVI. Desfiló con lirios, cañas y azucenas, subió la Cuesta de la Compañía y cambió el recorrido para pasar por la plaza Mayor. Cuatro turnos de 30 hermanos cargaron el paso y hubo 300 hermanos de escolta. Las bandas del Cristo del Amor y del consistorio hicieron el acompañamiento musical.

La talla recuerda al varón de Dolores, ridiculizado por el pueblo y que se representa maniatado, con caña y corona de espinas. La talla pertenece a la parroquia de San José. La cofradía que dirige María Rosa Gómez-Caro quiso que la imagen pisara la parte antigua. El sábado se trasladó de la iglesia al Obispado y ayer partió a Santa María, donde inició la procesión.