Está casado, tiene dos hijas adolescentes y vive en Almendralejo "desde hace muchos años. Me fui a estudiar el bachillerato allí y luego me asenté y ya mis hijas son de Almendralejo". No obstante, afirma tener "la misma correlación de fuerza" con el pueblo donde nació, La Zarza, en el que tiene a toda su familia. Es Valentín García, diputado regional en la Asamblea de Extremadura y exsecretario regional de CCOO durante trece años.

A parte, Valentín García es maestro de primaria y tiene su plaza de maestro aunque "ahora estoy en servicios especiales por mi dedicación a la política", afirma.

Su hija la mayor, tiene 18 años y empezará el curso que viene "Telecomunicaciones". Como él mismo dice "el mejor ejemplo de la sociedad de hoy es que a los jóvenes no le asustan los retos, y menos las chicas jóvenes de hoy", como su hija.

Es el diputado con el discurso más calmado de la Asamblea y se considera una persona con mucha flema. "Haber pasado por situaciones complicadas en la vida pública, y haber tenido responsabilidad para resolverlas o poder resolverlas, te impone una cierta manera de hacer las cosas por eso me he autoimpuesto resolver los asuntos desde un punto de vista tranquilo", y no solo es su vida profesional sino también en lo personal. Paralelamente, se considera un hombre "de profundas convicciones y eso me provoca un cierto apasionamiento" a la hora de vivir la cosas, dice.

García es tal y como es. "Soy una persona normal que se dedica a la vida pública y aplico mi ética a las cuestiones políticas, es el reflejo de la vida y por eso cualquier ciudadano, puede ser político".

Le encanta la música de todo tipo porque lo bueno es que "no solo hace falta que te guste un tipo de género. Además he accedido a la formación musical gracias a que mis hijas están en el conservatorio". Cuando tiene tiempo, Valentín juega al fútbol con sus amigos algunos domingos pero practica "bastante poco, nosotros hacemos una pachanga" y le gusta leer.