El mentalista cacereño Carlos Santillana, implicado en una trama nacional para falsificar títulos, afirma que tiene la titulación de Medicina y Cirugía por la Universidad de San Martín de Lima (Perú), aunque desconoce si es legal, por lo que se considera víctima de una estafa, informa Europa Press.Santillana figura entre las 27 personas que ha sido detenidas por la Policía Nacional dentro de la Operación Estudiante en la que se ha intervenido dos academias desde las que se ofrecían por 18.000 euros títulos universitarios falsos supuestamente emitidos por universidades peruanas.Acompañado por su abogado, Ángel Luis Aparicio, Santillana explica que desde 1994 hasta el 2002 ha estado estudiando medicina en esta universidad, pero que lo hacía desde España, a través de una academia de Málaga y que era la representante de la Universidad de los Pueblos de España.Asegura también que ha puesto a disposición de la titular del Juzgado número 4 de Cáceres toda la documentación que tiene en su poder, como son calificaciones de exámenes, extractos bancarios, el visado en su pasaporte de todos los viajes que hizo a Lima para asistir a la universidad, del orden de 3 ó 4 al año, y todos los documentos que certifican la homologación de este título en España.En este sentido, su abogado apunta que cuando se esclarezcan los hechos, Carlos Santillana va a pasar de ser un imputado a ser una víctima de unos delitos de estafa y falsificación, en los que considera pueden estar implicados personal de la Universidad de Lima y trabajadores del Ministerio de Educación español y de los consulados de España y Perú.Santillana señala que él ha pagado alrededor de 24.000 euros por sus estudios, "por haber estado empollando 8 años", no para pagar ningún título falso expedido por una academia española.Insiste en que no le extrañó el hecho de poder sacarse la titulación de medicina sin tener que realizar prácticas in situ en la universidad, puesto que él llevaba años trabajando en la medicina natural.Asimismo, desmiente que haya trabajado en la Residencia de Ancianos Care de Cáceres, y que haya prescrito medicamentos, como se le ha acusado, a dos ancianos que estuvieron a punto de perder la vida. Sí ha reconocido haber trabajado en la residencia Care de Villafranca de los Barros, pero precisa que sus funciones eran de vigilancia de la dieta, de los cambios posturales de los ancianos y de supervisión del trabajo de los enfermeros y auxiliares.