Los fieles emeritenses aguardaron en la Vigilia Pascual de anoche el momento de alegría tras una semana de pasión y dolor. A media noche, cánticos y fuegos artificiales saludaron a Jesús Resucitado, que cumplió con su recorrido en el segundo año que ostenta el título de oficial , otorgado en 2005 por la Junta de Cofradías.

A la alegría por la resurrección de Cristo, anunciada por los que procesionaron desde la basílica de Santa Eulalia, se unió la curiosidad por ver cómo es el nuevo paso, obra del tallista sevillano Manuel Pulido, y que fue portado por 45 costaleros. Sobre él, la imagen realizada por Eduardo Zancada para declarar la victoria de Jesús sobre la muerte.

PROTAGONISMO DE LA LLUVIA La alegría ayudó a paliar, al menos en parte, la frustración por lo sucedido el viernes. Otra vez, como ocurriese el pasado año, la lluvia obligó a suspender dos de los tres desfiles. Sólo la procesión de las Angustias y la Esperanza pudo salir en la mañana, bajo un cielo que ya auguraba que podría haber problemas según avanzase el día.

Así fue, las precipitaciones, tan necesarias como inoportunas, hicieron desistir a la cofradía del Nazareno, primero de procesionar con el Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores que debía salir por la tarde, y luego con la Virgen de la Soledad, cuyo inicio estaba previsto para las once y media de la noche.