La mitad de los accidentes de trabajo que se registran en la región no se investigan, una de cada cuatro empresas no tiene plan para prevenir los riesgos laborales como exige la ley y en un 53% de los centros de trabajo se impide a los delegados sindicales de salud laboral que ejerzan su labor. Son algunos datos del estudio elaborado por el sindicato UGT en casi 800 empresas extremeñas y que concluye que la siniestralidad laboral en la comunidad autónoma pasa por una "situación preocupante" y tacha de "irresponsables" a las empresas y los servicios para prevenir accidentes. En lo que va de año, en Extremadura se registra una media de 2.500 siniestros laborales cada mes.

El hecho de que no se investiguen estos accidentes provoca que no se puedan introducir medidas correctoras y que la cifra de siniestros vaya aumentando; tal es así que de enero a mayo de este año, se han registrado casi un 7% más de accidentes de trabajo respecto al mismo período del 2005. Por ello, UGT exige responsabilidades a los servicios contratados por las empresas para la prevención y a la propia Junta de Extremadura, que son quienes deben investigar lo sucedido a los trabajadores.

El secretario de Atención al Delegado y Salud Laboral de UGT Extremadura, Jacinto Romero, denunció ayer que esto se debe a que la mayoría tiene contratado un servicio de prevención ajeno que no puede ser eficaz, ya que las empresas que los prestan tienen un enfoque "mercantilista" y compiten entre ellas bajando precios.

De hecho, señaló, hay casos en los que se llegan a evaluar riesgos por teléfono sin visitar el lugar de trabajo y que los planes de prevención no tiene efectos prácticos porque está planteado únicamente como un "quitamultas y las empresas los consideran como un gasto".

UNA LACRA QUE AUMENTA Estas carencias están provocando, según UGT, que los accidentes laborales sigan aumentando en Extremadura. No en vano, en los primeros cinco meses de este año --últimos datos disponibles-- se han producido 12.416 siniestros, de los que 7.136 han ocasionado bajas en el trabajo, de los que 109 han sido graves y cinco trabajadores han muerto cuando estaban trabajando.

El incremento de la siniestralidad hasta mayo ha sido especialmente significativo en el sector de la construcción, con casi un 10% más de sucesos que el pasado año por estas fechas, mientras que en la agricultura se ha registrado una subida del 6,5%; en la industria un 4,2%, y en el sector servicios un 2,83%.

Las cifras destacan el hecho de que los siniestros in itinere --de camino al trabajo-- han aumentado un 12,76% respecto al 2005, con un total de 371, en un crecimiento sostenido que Romero achaca a las malas condiciones del trabajo y prácticas como el empleo a destajo.

A esto hay que añadir, indicó, que "no se están declarando todas las enfermedades profesionales que se deben declarar", ya que el "mobbing" o el llamado "síndrome del quemado" se consideran como enfermedades comunes y no como patologías de trabajo, comentó.

Por todas estas circunstancias, UGT considera que se trata de un problema grave en el que se deben implicar las empresas y las administraciones públicas, y aboga por evaluar el coste de estos accidentes.

La formación de los trabajadores, permitir a los delegados sindicales que hagan su trabajo e informen a los empleados, realizar planes efectivos de prevención e instaurar la figura del fiscal especializado en estos casos, porque "debe haber una responsabilidad penal", son otras propuestas de mejora de UGT.