El presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, declara que la corrupción "es un mal que no sólo está arraigado en la clase política, sino también en otras clases y estamentos de la sociedad española". En su opinión, "no hay una clase política corrupta y una sociedad puramente justa y celestial". Tras pedir que se depuren todas las conductas irregulares y haya un "profundo ejercicio de regeneración", exige también respeto por las instituciones, indicando que "probablemente hay una generación de gente que se lo ha encontrado" y para la que "todo son derechos".

A su juicio, cuando se habla de corrupción, todo el acento se pone en la política, pero también hay comportamientos indignos, por ejemplo, en la justicia, los autónomos o la industria y en el resto de la sociedad. "Ahora, si queremos fijarnos sólo en una parte y obviar que ese es un mal que tiene la sociedad, que probablemente falten principios y ética, pues le echamos la culpa a la política".

En este sentido, Monago resalta que cuando se produce un delito de corrupción de un político, siempre hay del otro lado un elemento civil, una empresa o alguien que tiene una expectativa de negocio, es decir un corruptor y un corrompido, aunque es menor perdonable la actitud del político que tiene el refrendo popular para hacer justamente lo contrario.

El presidente extremeño, quien recuerda las medidas de regeneración que él ha propuesto en los últimos meses, lamenta que haya ahora en España una "corriente de opinión que quiere tirar con todo, pese a lo que ha costado. No nos vale la justicia, ni la Corona, ni el sistema parlamentario, ni la política. Probablemente hay una generación de gente que se lo ha encontrado, parece que esto no hay que trabajarlo todos los días, porque se lo han encontrado. Todo son derechos, le pasa a mis hijos".

Insiste en que el sistema democrático español no es un regalo caído del cielo, ha costado mucho y las instituciones en su conjunto funcionan, criticando que si por algunos fuera se tiraba contra todo, porque no hay prácticamente ninguna institución que no esté cuestionada. "Y no puede ser que las instituciones no funcionen y funcionen sólo los ciudadanos, sino que son vasos comunicantes".

En su opinión estamos en un país en el que se tira contra la política, contra la democracia y contra sus representantes. "¿Es eso lo que queremos? Pues conmigo que no cuenten".

Sí reconoce que el Partido Popular recibió "un toque de atención" en las últimas elecciones europeas por dos motivos: "La corrupción que pesa y que los ciudadanos quieren ya la recuperación económica". En este asunto matiza que España entró lentamente en la crisis y también está saliendo lentamente, de manera que no caben "recetas milagro" y quien las prometa "está mintiendo". Sin embargo, comprende que el ciudadano que está en el paro no quiere que le hablen de "tendencias de recuperación de empleo", sino una solución particular a su problema.