"Me atraían las nuevas tecnologías pero no sabía nada, más que era algo que le gustaba también a su hijo". Hace 20 años, Lorenzo Carrasco tuvo un accidente laboral que le dejó secuelas que le impedían volver a trabajar, con solo 42 años. Fue un golpe duro, pero no lo suficiente como para minar sus ganas de hacer cosas y sentirse útil para los demás. De hecho fue su propio médico quien le recomendó que se volcara con algo que le apeteciera hacer. Y así empezó con cursos de herramientas informáticas, poco a poco.

Y poco a poco pensó que si a él le gustaba, podía gustarle a otras personas y que podía emplear su tiempo libre en enseñar a otras personas eso que tanto le atraía. Así nació la Asociación de Voluntarios Informáticos Mayores de Extremadura (Avimex). "Nunca es tarde para aprender y no hay nada mejor que el envejecimiento activo", reivindica. El colectivo nació en 2003 con un pequeño grupo de personas mayores que querían enseñar a otros mayores a manejarse en las nuevas tecnologías y hoy son más de 400 voluntarios senior que trabajan en 23 centros de mayores de toda la región, además de grupos de niños de 6 a 12 años, drogodependientes, inmigrantes o los reclusos...

Cuando pusimos en marcha la asociación, hace diez años, muchos mayores con los que hablábamos pensaban "que las nuevas tecnologías no les hacía falta o que no iban a saber usarlas", recuerda. Y sin embargo poco después caló el mensaje de este colectivo de que "sí podían aprender". Hoy tienen listas de espera para poder acceder a las aulas de informática que promueven por toda la región, también con niños. Allí enseñan el paquete Office, bases de datos, retoque de fotografía y por supuesto la participación en redes sociales, porque "todos tenemos personas fuera y con herramientas como Skype podemos estar en contacto".