Antonio Rodríguez Osuna fue el protagonista del pleno de ayer, pero no precisamente para bien. Y es que cuando uno inicia una carrera electoral toda ventaja es poca, sobre todo si se enfrenta a un contrincante como Pedro Acedo que tiene tras de sí cuatro mayorías absolutas y se las sabe todas frente a las urnas. El joven diputado del PSOE, y también candidato socialista al Ayuntamiento de Mérida, sucumbió a la tentación y se arrogó el miércoles mayor protagonismo del debido en la aprobación del Estatuto de Capitalidad de la ciudad. Su señoría no pensó en el acuerdo suscrito entre todas las fuerzas políticas según el cual nadie debía abanderar la iniciativa y, ni corto ni perezoso, salió ante la prensa a dar todos los detalles del acuerdo, anunciando a su vez la retirada del texto previamente presentado por el PP.

De esta manera, el pacto cerrado entre Vara y Monago, así como entre Escobar (IU) y Beneyto (Prex-Crex), saltó por los aires, trayendo consigo que el PP dijera que no retiraba su iniciativa, la cual ahora se deberá tramitar como una ley más y no por lectura única como se había establecido, lo que hubiera conllevado su aprobación inmediata. Eso no fue todo: el portavoz de Izquierda Unida, Pedro Escobar y la del Prex-Crex, Fernanda Avila, se unieron al popular Miguel Cantero para propinarle al 'diputado-candidato' una somanta de palos, dialécticos se entiende, acusándose, entre otras lindezas, de inmaduro o de venderse por un puñado de votos.

Pero no fue lo único debatido en la sesión de ayer, la cual, dicho sea de paso, era la número 100 de la legislatura. Un centenar de plenos en cuatro años de mandato nada menos. Hasta ahora, el récord alcanzando en una legislatura eran 79 plenos. Venga sesiones para sus señorías, qué ansia legislativa por favor.

El otro asunto relevante de la mañana fue la aprobación de la nueva Ley Agraria, que finalmente salió adelante por la abstención de Izquierda Unida y del Prex-Crex con la incorporación de algunas de sus enmiendas. El PP votó a favor como era de esperar y el PSOE, a pesar de lo que se había barruntado a priori, dijo que no. El diálogo del PP con el PSOE, a través del diputado Francisco Torres, había dejado la puerta abierta a la abstención como el resto de grupos de la oposición, pero finalmente la bancada en su conjunto votó en contra. Estaría bueno que, a estas alturas de la legislatura, el PSOE acabara en la tesis de Izquierda Unida que tanto ha criticado, la del sí pero no, osea abstención.

Esta ley permitirá, entre otras cosas, medir la tensión 'política' del campo, que también la tiene, y determinar qué organizaciones deben representar a los agricultores y ganaderos extremeños. No en vano, las últimas elecciones fueron en 2002 y desde entonces, nunca mejor dicho, mira que ha llovido.