Abordar la crisis ganadera por la brucelosis con el mayor rigor posible. Ese es el objetivo que se ha marcado la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura para frenar y erradicar el brote de esta enfermedad detectado en ganaderías del norte extremeño. La Administración autonómica ya ha dejado claro que no adoptará ninguna medida que pueda contravenir "lo que sanitariamente es correcto", a pesar de las peticiones del sector.

La decisión no ha gustado entre los ganaderos afectados que consideran el plan de choque como insuficiente. Agricultura ha rechazado las propuestas realizadas por Coag y Asaja por considerar "que con las mismas no se reduciría el brote, sino que sería el camino más directo hacia su expansión". A su favor, la Junta argumenta que las medidas que se están aplicando son las mismas que se están llevando a cabo en otras regiones afectadas, y las mismas que en tres meses han permitido reducir de un 27 a un 17% la incidencia de la enfermedad en el ganado.

En ese sentido, las medidas sanitarias se basan en dos pilares fundamentales: la inmovilización del ganado y la aplicación de más controles sobre las ganaderías afectadas. Un proyecto para el que la consejería ha incrementado tanto los medios económicos como humanos. Frente a ello, la Administración regional lamenta situaciones como la necesidad de tener que adquirir vacunas para aplicar al ganado como consecuencia de la dejadez del Ministerio de Agricultura.

Más ayudas

A la actuación sobre el terreno, la Junta ha sumado un nuevo paquete de ayudas para los ganaderos, "notablemente superiores a las que se están ofreciendo en otras comunidades". A ello se une el acuerdo firmado con el matadero de Almaraz para el sacrificio de ganado con brucelosis.

En esta lucha, la aonsejería de Agricultura mantiene que es muy importante que el sector se conciencie de que éste no es un problema de la Administración y que es necesario que los ganaderos asuman su parte de responsabilidad para garantizar el cumplimiento sanitario en las explotaciones.

Además, la Junta discrepa de la adopción de medidas como evitar la entrada de animales indemnes procedentes de otras zonas no afectadas, por cuanto su aplicación "nos puede llevar al aislamiento comercial".

Por último, la Administración extremeña lamenta que algunos ganaderos sobrevaloren las ayudas a conceder para terneras de 3 a 6 meses --para las que se piden ayudas de reposición de 600 euros-- y reitera que su concesión supondría una subvención directa no permitida, además de haberse puesto en marcha ya las medidas sanitarias específicas aplicables en las zonas de especial incidencia por brucelosis bovina.