Los problemas de salud mental en la infancia son cada vez más prevalentes, de ahí la importancia de su detección precoz en el ámbito de la Atención Primaria, según manifestó ayer en Cáceres el presidente de la Sociedad de Pediatría de Atención Primaria de Extremadura, Juan José Morell Bernabé.

Morell Bernabé, en declaraciones a Efe, explicó que el hecho de que cada vez sea más frecuente este tipo de problemas en la infancia, hace necesario que el pediatra, desde la Atención Primaria, sepa detectar estos casos, como profesional más cercano tanto al niño como a la familia. Estas enfermedades, dijo, pueden venir motivados por la propia sociedad, con familias muchas veces desestructuradas y que provocan que los niños también sufran depresiones o problemas de adaptación.

Este es uno de los motivos por los que el III Foro de Pediatría de Atención Primaria de Extremadura, que se celebra en Cáceres y en el que participan 120 profesionales, aborde en su principal mesa de trabajo el tema de la salud mental.

Según explicó, las enfermedades más frecuentes siguen siendo, no obstante, las infecciosas aunque las vacunaciones han permitido controlar estos procesos y enfermedades como el sarampión o algunos tipos de meningitis apenas se dan.

Morell Bernabé insistió en que los niños son "cada vez más sanos" en lo que se refiere a su salud biológica, pero tienen otros problemas más relacionados con la salud mental, la salud social o la integración en la comunidad, en los que el pediatra está preparado para actuar.

El presidente de la Sociedad de Pediatría extremeña insistió, por otra parte, en la importancia del pediatra como parte del equipo de profesionales incluidos en el servicio de Atención Primaria, lo que ha permitido, según apuntó "mejorar la calidad de vida y la atención sanitaria que se presta a los niños y adolescentes".

No obstante, apuntó como uno de los problemas existentes actualmente, la falta de pediatras para ofrecer una servicio de calidad y atender las necesidades de toda la población, incluida la de los pequeños núcleos urbanos.

En este sentido, y como responsable de la Sociedad de Pediatría extremeña, Morell Bernabé consideró necesario rebajar el cupo de la presión asistencial actual, que es de 25,5 niños por pediatra y día, con el fin de poder atender también otras funciones importantes, realizar un mejor seguimiento de enfermos crónicos como los niños con asma, o realizar actividades educativas.

También apuntó la necesidad de ampliar la edad de los pacientes del pediatra hasta los 18 años con el fin de cubrir toda la etapa adolescente del paciente.