Extremadura se encuentra en un momento particular y paradójicamente especial. A la vez que somos la única región Objetivo 1 (Objetivo Convergencia) de Europa y con ello la región más empobrecida y con los salarios más bajos de España, somos la región que transitoriamente, está de moda. El asunto de los viajes a Canarias de Monago nos ha situado en el centro de la diana mediática a caballo entre el ingente saco de corrupción, el equilibrismo de la doble moralidad y bipolaridad y el morbo que ha arrastrado esta cuestión personal. Ni siquiera el caso ha servido para establecer un control riguroso de los viajes de senadores y congresistas.

A 5 meses para que termine la legislatura y a 7 para las próximas elecciones, los partidos y la ciudadanía se han volcado en la polémica para destrozar o defender el trabajo desempeñado durante toda la legislatura, tanto desde el gobierno como desde la oposición. Unos meses en los que el foco debería centrarse en la fiscalización de la acción gubernamental, servirán si nada ni nadie lo impide, de escarnio hacia una persona y de olvido del 1.096.000 extremeños. El protagonismo del presidente extremeño puede llegar a cegar el resto de la acción política que atraviesa un momento crucial para el futuro de la región. Tanto si se hace mal para someterla a examen, como si se hace bien para que todos rememos hacia un futuro en común.

No queda muy lejos la experiencia de la última campaña electoral para las Elecciones Europeas de las que los ciudadanos recordarán principalmente el improductivo enfrentamiento entre Cañete y Valenciano a causa de las desafortunadas palabras del exministro. Algo parecido puede pasar en las próximas elecciones autonómicas en las que los candidatos, a buen seguro, exprimirán este hecho hasta el último suspiro y, sin embargo, no se hable de las necesidades y soluciones para los extremeños.

Pero para llegar a ese punto aún resta una travesía en las que los principales perjudicados seremos los ciudadanos. Mientras, el presidente lucha a contracorriente contra viento y marea por contrarrestar el daño causado. Y es que aunque se trate de un combate de boxeo amistoso, Monago sigue defendiendo su honorabilidad con uñas y dientes. Incluso cuando el "contrincante" le invita a demostrar sus habilidades, él arremete por la espalda sin posibilidad de defensa por parte del adversario. Sucedió este jueves en la Gala de la Cadena Ser que cumplía 80 años en Extremadura. En ella José Antonio Monago criticaba a esta emisora por vulnerar su presunción de inocencia. Valiente cuanto menos en un acto de lo más inocente posible que sólo buscaba el ensalzamiento del sentimiento del extremeñismo.

MIENTRAS tanto, la vida sigue igual para los extremeños. Con sus defectos y sus virtudes, con sus proezas y dificultades, con sus éxitos y fracasos, con sus glorias y sus penas. Pero desgraciadamente, en el candelero no estamos a lo que tenemos que estar. Esta semana el tema volverá a su máxima incandescencia.

La comparecencia en el Parlamento este jueves 27 servirá principalmente para comprobar el espíritu inquisitorio o investigador con que los grupos de la oposición acuden a escuchar al presidente así como para ver los conejos que Monago tiene guardados en la chistera de la documentación. Unos papeles que nadie ha querido ver prefiriendo su registro en la Asamblea para un examen más exhaustivo.

Pero sin duda estas próximas semanas serán para todos una auténtica prueba de credibilidad tanto para gobierno como para oposición. Con la aprobación de los presupuestos a la vuelta de la esquina, la oposición se juega ser fiel a su petición de dimisión de Monago y ser coherente con sus acciones en público. Pedir la dimisión y apoyar los presupuestos será incoherente, pero quizás responsable con la gobernanza y avance de la región.

Pedir la dimisión y no apoyar los presupuestos será coherente, pero también podrá ser una bravuconada por llevarnos a una situación de inestabilidad que nada le conviene a la región. Aunque también está en juego la reducción del 5 al 3% para obtener representación en la Asamblea. Una carta que podría interesar más a los partidos pequeños como IU y Prex-Crex de cara a su supervivencia en el Parlamento después de mayo de 2015.

Pero la posibilidad de prorrogar los presupuestos adquiere estos días tintes bastantes serios. De ser así, el proyecto político de Monago quedaría tocado para sacar adelante las inversiones y apuestas previstas. Principalmente, las relacionadas con el período de convergencia 14-20 que aúna el deseo de la sociedad extremeña por formarse, internacionalizarse, especializarse e innovar.

Y es que como dijo el propio Monago, los que quitan y ponen presidentes son los extremeños. Por ello, de no existir un nuevo presupuesto para el próximo año, quizás la mejor manera de poner a cada uno en su sitio y acabar con esta locura transitoria será adelantar las elecciones. Esperar hasta mayo con presupuestos menos ambiciosos de los pretendidos será un retraso para nuestro crecimiento y salida de la crisis. De lo contrario, el año 2015 podría ser un año de estancamiento político y económico. Le toque a quien le toque.