Las barreras no son solo físicas. No captar el mensaje que quiere transmitir un cartel o no entender un documento oficial porque el contenido es complejo es también una manera de levantar muros que, muchas veces, condicionan la vida de quienes se topan con ellos. Por eso la batalla era defender el concepto de accesibilidad cognitiva. Ahora Extremadura tendrá una normativa que obligará a edificios públicos, medios de transporte, espacios al aire libre... a estar adaptados a las personas con dificultades de comprensión, con discapacidad intelectual o del desarrollo (que representan al 30% de la población). El modus operandi es simple: que haya dibujos (pictogramas) que estén claros (un máximo de cinco elementos), que los escritos sean también de lectura fácil (un lenguaje sencillo) y que el personal que atiende de cara al público (en este caso se centra principalmente en los funcionarios) haya recibido la formación adecuada para dar apoyo y asistencia a las personas que así lo necesiten.

Eran recomendaciones de Plena Inclusión que ahora ya se exigen por ley y que se han incluido en el nuevo Reglamento de Accesibilidad Universal (la normativa se ha publicado recientemente en el DOE y entrará en vigor en breve). «Se trata de un hito importante porque por primera vez se recogen las necesidades de eliminar las barreras cognitivas para lograr una auténtica igualdad de oportunidades. Toda la sociedad se va beneficiar porque cualquier persona puede tener dificultades cognitivas en algún momento de su vida», asegura Pedro Calderón, presidente de Plena Inclusión Extremadura.

Para Calderón, el aprendizaje de quienes atienden cara al público es fundamental. En este sentido, el nuevo Reglamento de Accesibilidad Universal recoge en su artículo 8: «El personal que preste un servicio fuera del ámbito privado y familiar estará obligado a recibir formación». Los cursos tendrán una duración mínima de 5 horas y serán también obligatorios para aquellos trabajadores responsables de la evacuación en caso de emergencia.

Experiencia previa

El pasado mes de mayo Plena Inclusión ya tuvo una experiencia similar a través de la Oficina de Accesibilidad Cognitiva de Extremadura -dependiente de la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales- impartiendo clases a funcionarios.

En cuanto al concepto de lectura fácil, en la propia web de esta entidad social hay varias opciones de ver un mismo texto como lectura normal o sencilla. En la segunda opción las frases son cortas, directas y con vocabulario común. El mensaje a transmitir sigue siendo idéntico.

Y con respecto a los pictogramas, el objetivo es que los dibujos empleados sean un alivio, una respuesta, para las personas con dificultades cognitivas, y no un barrera más. Se pone el foco sobre todo en aquellos carteles que cuelgan en los edificios públicos, o en los entornos al aire libre (una piscina natural, por ejemplo). La señal de dónde están los aseos, de cómo llegar a un lugar concreto, o por dónde no se puede andar... son algunos ejemplos. Entender esos dibujos sin necesidad de más explicaciones -algo tan sencillo como esa interacción- es una manera más de lograr que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo sientan que hay más muros que se pueden saltar.