El cierre de Vinibasa, la destilería de Almendralejo, ha puesto en alerta al sector del vino extremeño por la dificultad que tendrán esta campaña agricultores para eliminar el subproducto, que son los restos de la uva prensada, y cuyo tratamiento inadecuado puede provocar graves daños medioambientales. El problema se encuentra en que a día de hoy, y hasta que Viñaoliva pueda abrir, previsiblemente la próxima campaña, una nueva alcoholera, en toda Extremadura solo hay una de estas instalaciones, que no podrá hacer frente a toda la producción.

Si finalmente no se atiende la solicitud de todo el sector de reabrir las instalaciones de Vinibasa, muchos agricultores deberán transportar el subproducto a destilerías de otras comunidades y afrontar su coste. El presidente regional de APAG, Bibiano Serrano, apela a la "solidaridad" del pueblo y el alcalde de Almendralejo, que es quien tiene la decisión final de permitir la actividad de esta fábrica cerrada hace unos meses por los malos olores que provoca en la ciudad. Según dijo, los almendralejenses comprenderán esta situación porque es una ciudad que "vive de esto".