A Dios rogando y con el mazo dando. El tabaco es un producto que pone bien de relieve lo contradictorias que pueden llegar a ser las actuaciones de las distintas administraciones sobre un mismo asunto. La Comisión Europea subvenciona el cultivo de tabaco, mientras que el Gobierno y los ejecutivos autónomos ingresan dinero de los impuestos especiales que gravan la venta de cigarrillos y a la vez financian el abandono del hábito de fumar. Son las vertientes agrícola, recaudatoria y sanitaria de una misma realidad.

Los fumadores extremeños se dejaron el año pasado en impuestos por la compra de cigarrillos y cigarros 156,66 millones de euros (algo más de 26.000 millones de pesetas), según datos del Ministerio de Economía. Esta cantidad, nada desdeñable, representa en torno a tres cuartas partes del gasto final en tabaco, de ahí que los estanqueros se consideren meros recaudadores de impuestos.

De los 156,6 millones de euros en impuestos del tabaco en Extremadura en el 2002, 125,87 millones (20.943 millones de pesetas) son por tributos especiales y los restantes 30,79 millones se recaudan en concepto de IVA. El destino de los impuestos especiales es doble: el 60% lo recibe el Estado y el 40% es para las comunidades. De esta forma, la Junta ingresa más de 50 millones de euros.

La factura fiscal del tabaco en España supera los 6.500 millones de euros (más de un billón de pesetas). Extremadura es la quinta comunidad donde menos impuestos se recaudan por venta de cigarrillos, pues sólo está por delante de La Rioja, Cantabria, Navarra y Asturias. A la cabeza se sitúan Andalucía, Cataluña y Madrid, lógicamente por ser las de mayor número de habitantes.

Las estadísticas que maneja la Consejería de Sanidad apuntan a que un 73,5% de los extremeños mayores de 14 años declaran haber fumado en alguna ocasión. La edad media de inicio del consumo son los 16 años y se percibe un incremento del hábito entre el sexo femenino. El Gobierno autónomo tiene en marcha el Plan de Prevención y Tratamiento del Tabaquismo en Extremadura. Entre las medidas que se plantean están vigilar el cumplimiento de la legalidad, como es la prohibición de vender cigarrillos sueltos o dulces vinculados al tabaco.