En el primer informe PISA los alumnos extremeños catearon en matemáticas, ciencias y comprensión lectora. En el segundo, cuyos resultados se publicaron hace justo un año, Extremadura mejoró su puntuación en dos de estas tres competencias básicas pero tampoco salió bien parada en el ránking nacional: última en comprensión lectora, penúltima en ciencias y cuarta peor posición en matemáticas. Obtuvo entre 13 y 21 puntos menos que la media del país.

¿Será mejor a la tercera? Habrá que esperar hasta 2019 para conocer los resultados de la nueva edición del informe PISA, que se celebrará el próximo año y en el que Extremadura participará por tercera vez.

Fue en el año 2012 cuando los alumnos extremeños se estrenaron en este renombrado informe que elabora cada tres años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en más de 70 países. Es una radiografía educativa mundial que se creó en el 2000 para orientar a los gobiernos (nacionales y regionales) sobre las políticas de educación. Sin embargo, durante doce años Extremadura había rehusado ser evaluada (la participación es voluntaria y se realiza previo pago de un importe económico a la OCDE). Castilla-Mancha y la Comunidad Valenciana fueron las últimas en incorporarse a esta evaluación en el 2015, la última edición, en la que ya se incluyeron todas las comunidades.

Hasta ese 2012, Extremadura participaba con una muestra pequeña de alumnos con el único objetivo de contribuir a la media estatal, pero nunca antes tuvo una muestra ampliada para obtener resultados propios.

Con el cambio de gobierno en la región en 2011, también varió la postura en cuanto a este informe. «No podíamos seguir mirando para otro lado (...) Debíamos enfrentarnos a la situación real de nuestra educación y apostar por mejorarla», decía entonces la consejera de Educación, Trinidad Nogales, que dirigía la administración educativa en los dos primeros estudios en los que participaron los alumnos extremeños con una muestra ampliada.

Y parece que es lo que opina también la actual consejera, Esther Gutiérrez, que esta semana ha anunciado que unos 2.000 estudiantes extremeños de 16 años (4º de ESO) volverán a participar en la próxima edición de PISA, en el que será el tercer informe que contenga datos detallados de la región. Los exámenes se celebrarán en 53 centros y se espera que sean entre mayo y junio del 2018. «Vamos a participar en las mismas condiciones que en el 2015», avanzó Gutiérrez el pasado jueves en el pleno de la Asamblea, tras ser preguntada por la diputada de Ciudadanos. PISA 2018 se va a centrar en la competencia lectora en entorno digital y además incorporará un área innovadora, la competencia global, como la capacidad de analizar asuntos globales e interculturales y valorar distintas perspectivas para emprender acciones por el bien común y el desarrollo sostenible.

Un estudio cuestionado

Alabado y denostado a partes iguales, para la consejera el informe PISA «no debe ser considera como un fin en sí mismo porque la educación es mucho más que este informe. Aún así, Esther Gutiérrez espera que las medidas implementadas en los últimos años -«más actividades formativas para el profesorado, más inversión para el programa Nativos Digitales, más docentes, nuevos programas de atención a la diversidad así como los nuevos currículos de la ESO y Bachillerato aprobado hace un año»,... entre otras- se dejen notar en los próximos resultados de los extremeños. «Vendrá bien analizar los resultados de las medidas puestas en marcha esta legislatura», dijo el jueves en la Asamblea. Y en su edición del 2018 también entrará en escena por primera vez ley orgánica de mejora de la calidad educativa ( la LOMCE), que no llegó a afectar a los alumnos de 4º de ESO que realizaron las pruebas PISA en la primavera del 2015.

La consejera espera que, al menos, los resultados de la evaluación del 2018 recorten la brecha de la región con la media de la OCDE y de España: porque «aunque la diferencia entre los resultados de 2012 y 2015 en cuanto al rendimiento es plana, sí se aprecia un notable retroceso de Extremadura en el índice social, económico y cultural, que nos ha hecho alejarnos de la media de la OCDE al doble de lo que estábamos», precisó el jueves en la Asamblea.

De momento, los últimos datos de PISA difundidos, referentes a la capacidad de los alumnos de resolver problemas en grupo (un indicador que se midió en el informe del 2015 por primera vez de forma excepcional y cuyos resultados se acaban de conocer) tampoco hablan muy bien de Extremadura. Es la comunidad que saca peor nota del país con 474. La media nacional es 496 y lideran el ránking Madrid y Castilla y León, con 519 y 517 puntos respectivamente.