«Estoy en shock». Es lo primero que acertaba a responder Luis Merchán ante el aluvión de felicitaciones que recibió ayer. Entre saludos continuos y la batería de su móvil agotada atendió ayer a este diario mientras asimilaba que figura el primero entre los 4.600 estudiantes que participaron en la prueba de acceso a la universidad que se celebró hace unas semanas. Desbordado se encontraba también a unos kilómetros Jesús Pino, alumno del colegio Claret en Don Benito. Abrumado por el sonido del teléfono, celebraba también su ‘diez’ redondo en el examen. Y no es para menos. El cacereño y el joven de las Vegas Altas ostentan la mejor nota de la generación EBAU -antes selectividad-.

Nueve de cada diez extremeños han aprobado el examen y podrán optar a solicitar plaza en la carrera universitaria que deseen, pero ninguno con la calificación que han obtenido Luis y Jesús. 14 puntos de los 14 posibles. Los resultados se hicieron públicos ayer y mientras la mayoría de los extremeños se apresuraban desde primera hora a conocer el desenlace, el alumno del instituto cacereño Hernández Pacheco había pactado un acuerdo propio para no conocer la nota. No quería que no influyese en la prueba de francés que tiene hoy. No pudo ser. Las llamadas del centro no cesaron hasta que le dieron la buena nueva. Sus padres se enteraron a las horas. «Estaban eufóricos», concluía. Ayer no acababa de creérselo, repetía, con una humildad impropia para ser uno de los dos estudiantes con la mejor media de Extremadura.

Aún recuerda los nervios previos antes de entrar al aula y reconoce que la tensión se relajó en cuanto recorrió el primer folio con las preguntas. «No sabes qué te va a entrar ni como te va a salir», añade. Su plato fuerte, los idiomas. Habla inglés, francés y alemán. Su punto débil, la historia. «No me gusta», objeta. ¿Su truco? Estudiar. Confiesa que desde que acabó los exámenes del instituto comenzó a preparar la prueba. No acierta a concluir cuántas horas, pero reconoce que los libros estaban abiertos «desde que se levantaba» y solo hacía un descanso para sus horas de conservatorio. Estudia violín.

A pesar de que ayer sus nombres estaban en boca de todos, tanto Luis como Jesús mantuvieron su rutina. El primero organizó su viaje a Madrid para su examen de idiomas y el segundo no perdonó sus horas de inglés de la tarde. Al igual que a Luis, a Jesús le despertó el teléfono. Tras el maratón de estudio, reconoce que ha aprovechado esta última semana para domir. Puntual, a las 8.00 horas ya conocía el resultado. «No me lo creía, salí contento, pero no pensaba que todo estaría perfecto», apunta.

Entre ciencias y letras

Tanto a uno como al otro les queda ahora un futuro por delante. El joven cacereño reconoce que las letras siempre le han atraído. «Me metí por letras porque me gustan mucho, el latín, el griego». Con la misma claridad, el alumno de Humanidades ya tiene decidido qué estudiará: traducción e interpretación. El lugar también lo tiene claro. En Granada. Por el contrario, Jesús optará por ciencias. Confiesa que la lengua no es lo suyo. Él apuesta por la biología. Por ello, piensa estudiar Bioquímica, también fuera de Extremadura. En la Universidad Autónoma de Madrid. En cuanto al debate que arrastra la prueba con respecto a las diferencias entre comunidades, el estudiante de Don Benito apuesta por «unificar» un examen para todas las comunidades y «exigir» los mismos contenidos y criterios en todas las regiones.

Tal y como avanzó la Universidad de Extremadura, 3.892 (93,2%) de los alumnos que se han presentado a las pruebas han aprobado, no obstante, el jefe del tribunal no descartó que esta cifra suba uno o dos puntos cuando se resuelva el periodo de reclamaciones que aún está abierto.