La receta electrónica, una herramienta que ha situado a Extremadura a la vanguardia de la asistencia sanitaria mediante la tecnología, cumple en 2017 diez años desde su puesta en marcha de modo experimental, un período en el que ha logrado premios y muchos avances, aunque todavía tiene margen de mejora. Su origen se remonta a 2005, cuando se inició en el centro de salud de Santa Amalia (Badajoz) el programa piloto de la receta informatizada, aunque sin conexión con las farmacias, pero no fue hasta marzo de 2007 cuando se implantó como tal de manera experimental en Santa Amalia y Malpartida de Cáceres.

A partir de ese momento, en 2008 comienza a desarrollarse el proyecto y finaliza en 2009, con su implantación en todos los centros de salud y establecimientos farmacéuticos de la región, según ha explicado a Efe el director general de Asistencia Sanitaria, Vicente Alonso Núñez. Su consolidación ha mejorado la calidad en la prescripción y dispensación, pues permite tener un plan de medicación perfectamente establecido y mejorar la coordinación con el farmacéutico.