Almendralejo, 29 de agosto de 1978. Ese día y en aquella ciudad comenzó a escribirse un nuevo capítulo de la historia de Extremadura, de su historia en democracia que está ligada hasta la fecha a seis nombres. El de los seis hombres extremeños que, antes o después de que se aprobara el Estatuto de Autonomía en 1983, han liderado el Ejecutivo regional en diferentes momentos de la historia.

Aquel día fue en una reunión donde se decidió el nombre del presidente de la Junta Regional de Extremadura, del primero en la etapa en la que comenzaban a construirse las autonomías: Luis Jacinto Ramallo García, de Unión de Centro Democrático (UCD). Pacense, licenciado en Derecho y hasta entonces senador por Badajoz, ocupó dos años el cargo, hasta que el 9 de diciembre de 1980 dimitió acatando la decisión de su partido. No obstante, continuó ocupando distintos cargos de responsabilidad con el Partido Popular hasta el año 2000, cuando decidió retirarse de la política activa.

Pasó entonces a un primer plano el segundo hombre de la historia preautonómica: Manuel Bermejo, también de la UCD. Nacido en Plasencia en 1936 y fallecido en el año 2009, era el vicepresidente del gobierno de Ramallo y fue designado presidente de la Junta de Extremadura días después de la dimisión. Su contribución fue decisiva en la elaboración del Estatuto de Autonomía y le llevó a recibir la Medalla de Extremadura en 1997. Apenas ocupó su cargo de presidente dos años, hasta el 27 de noviembre de 1982, cuando dimitió y aparcó la política para dedicarse al negocio del tabaco, su profesión. Fue consejero y director gerente de la asociación Agroexpansión.

"Teníamos distinta ideología pero nos unía la pasión y la defensa de Extremadura". Con estas palabras recordaba recientemente a Bermejo su sucesor, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Aunque el traspaso de poderes no fue inmediato. Antes de la aprobación definitiva del Estatuto de Autonomía, destacó otro nombre masculino, el de Juan Bazaga. Trujillano y político independiente, fallecido hace apenas cuatro años, fue el primer presidente en funciones de la Junta de Extremadura durante apenas dos meses. Ocupó varias consejerías con Ramallo y Bermejo y por ello fue bautizado con el apelativo de "superconsejero".

Padres de Extremadura

Bazaga fue otro de los padres que tuvo la construcción de esta región y el candidato de UCD a la presidencia autonómica que finalmente logró el candidato socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El 20 de diciembre de 1982 se celebraron las elecciones en las que los consejeros designaban al presidente --aún preautonómico-- y Bazaga perdió por dos votos (13-11) de dos miembros de UCD que en principio le habían garantizado su apoyo. Finalmente no lo tuvo, pero dicen que él nunca guardó rencor.

Corría el 1983, el año de las primeras elecciones a la Asamblea de Extremadura, tras la aprobación del Estatuto de Autonomía en febrero, a la que concurrieron siete candidaturas. El 8 de mayo de ese año fueron los comicios y comenzó la primera legislatura de Ibarra, que entonces quizás ni él podría intuir que le quedaban por delante 24 años en el cargo. El socialista es sin duda el político extremeño más reconocido y también el más votado. Puso a funcionar desde cero la maquinaria de la Junta de Extremadura y lo hizo durante seis legislaturas consecutivas de las que en cinco elecciones (en los años 1983, 1987, 1991, 1999 y 2003) gano por mayoría absoluta. La más difícil fue la cuarta, tras las elecciones de 1995 donde el voto estuvo más repartido y el PSOE gobernó tras la abstención de Izquierda Unida (con seis diputados, su mejor resultado), aunque rechazó un pacto de legislatura. "Dijeron no al PSOE y se aliaron en pinza con el PP", les recrimina siempre Ibarra.

Un cuarto de siglo después, el emeritense Rodríguez Ibarra decidió dar un paso atrás, centrarse en la docencia y dejar en manos de uno de sus últimos consejeros estrella, un joven Guillermo Fernández Vara, el puesto que ha definido su vida política. No le defraudó, al menos el día de las elecciones al Parlamento autonómico de 2007, en las que Vara arrasó. Oliventino de nacimiento y médico forense de profesión, obtuvo también la mayoría absoluta a la que estaba acostumbrado su predecesor, la más holgada de la historia de Extremadura incluso, y la última del parlamento extremeño hasta la fecha.

El vuelco electoral

Confiados en la racha socialista desde los inicios del gobierno regional, en las elecciones de mayo del 2011 se produjo un vuelco electoral que pilló por sorpresa a más de uno en una región gobernada durante 28 años por el PSOE. Una cara desconocida para muchos de las filas del Partido Popular, la de José Antonio Monago, consiguió derrocar al gigante. Extremadura se convirtió entonces en centro de muchas miradas, sobre todo tras la abstención de los diputados de Izquierda Unida en la investidura que favoreció al grupo popular.

Sin embargo, el sueño de los populares duró solo una legislatura. Cuatro años que acabaron oficialmente ayer, con la toma de posesión de nuevo de Guillermo Fernández Vara como presidente de la Junta, esta vez, sin mayorías absolutas y con el apoyo de la formación emergente Podemos y la abstención del PP y Ciudadanos y sin ningún voto en contra. Se convierte así en el único presidente hasta ahora en volver a gobernar tras haber estado en la oposición. Se abre otro capítulo por escribir en la historia de la región.