La Guardia Civil ha identificado hasta el momento a más de una veintena de cazadores que presuntamente habrían participado en las cacerías ilegales de lobos, tigres, leones y otras especies exóticas que se desarrollaron en la finca Los Lunares de Monterrubio de la Serena.

Según confirmaron a EL PERIODICO EXTREMADURA fuentes cercanas al caso, que está siendo instruido por el juzgado de Castuera, estas personas proceden de diversos puntos de la geografía española y están siendo llamadas a declarar a través de exortos. Tal y como avanzó en su día este diario, los agentes encontraron numerosas fotografías en el domicilio particular del gestor cinegético Manuel Domínguez --responsable del coto en el que presuntamente se desarrollaron cacerías ilegales-- en las que aparecía junto a otras personas posando con trofeos de especies protegidas.

Los cazadores que ya han acudido a declarar han negado su implicación en estos safaris y han ofrecido dos versiones tipo . Unos afirman que las imágenes se captaron en Africa, mientras que el resto señala que cuando llegaron al coto de Monterrubio a cazar zorzales encontraron allí los despojos de tigres o lobos ya muertos.

En este mismo sentido se ha pronunciado la pareja madrileña hallada por los agentes de la Guardia Civil en el coto Los Lunares el pasado 3 de diciembre, durante la Operación Safari . Estas dos personas, que fueron sorprendidas tras realizarse fotografías con un tigre recién abatido, declararon que el animal ya estaba muerto cuando ellos llegaron a la finca, algo que han desmentido las pruebas forenses practicadas.

Por lo que se refiere al principal acusado, Manuel Domínguez, su declaración no parece haber despejado las dudas. Según ha dicho, la presencia de tigres y leones en la finca de Monterrubio se debe a su intención de poner en marcha un safari park , una excusa que coincide con la que --como avanzó ayer este diario-- daba a otros zoológicos para conseguir los animales.

Así, dijo que estaba introduciendo estas especies --a pesar de no estar autorizado-- para estudiar cómo los animales exóticos se adaptaban al nuevo medio. Domínguez ha explicado al juez que en Los Lunares solo se cazaban zorzales y cabras, de forma que los tigres murieron "por un cúmulo de casualidades".

Las personas que están siguiendo de cerca la investigación avisan que el caso --abierto en diciembre del año pasado-- será largo, puesto que quedan muchos aspectos por aclarar. Y es que hasta el momento las pruebas científicas realizadas no han permitido confirmar sin género de duda si los restos de cánidos encontrados en la finca eran o no de lobos.

Lo que sí se ha podido determinar es el origen de los animales hallados hasta ahora, los dos tigres --uno muerto-- y un león encontrados en la finca y los restos de un tercer tigre que fue incinerado en un cobertizo un día antes de la intervención policial. Según la investigación de los agentes, estas especies exóticas fueron adquiridas en el Zoo Safari Park de Hinojosa de San Vicente, en Toledo.

Además, los documentos aportados por un testigo acreditan, según las fuentes del caso consultadas, que Manuel Domínguez compró camadas de lobos en Alemania, unos cachorros a los que luego se perdió el rastro y que se sospecha que fueron abatidos en Monterrubio.