Realizar trasplantes renales de un donante vivo es uno de los retos pendientes que tiene la coordinadora regional de trasplantes y ya está trabajando para conseguir que sea una realidad. Es una técnica que permite encontrar un donante de forma más rápida especialmente en el caso de las personas más jóvenes, ya que estos requieren un órgano de una persona joven también y eso hace ahora que, en ocasiones, tengan que ser derivados a otros hospitales de referencia del país.

«Vamos a intentar que este año o el que viene podamos poner en marcha este programa en Extremadura», señala el coordinador autonómico, Luis López. Implantar esta modalidad requiere de formación y una infraestructura que hasta ahora no se ha abordado en la comunidad. «Lo primero que necesitamo ses dar formación específica al personal sanitario para la extracción del riñón en una persona viva». El objetivo es minimizar el daño en el donante y para eso no se realiza una intervención quirúrgica convencional sino mediante la técnica de laparoscopia. Pero además, esta intervención que de momento no se realiza en Extremadura, necesita también del trabajo del comité de ética del hospital, que se encargará de valorar los aspectos psicológicos del donante. «Es necesario que el donante realice un estudio psicológico para comprobar si es consciente de la donación y los riesgos que asume con ella», explica López.

Estas condiciones son difíciles de poner en marcha dentro de un sistema organizativo basado en un modelo del año 1990. «Tenemos que buscar un modelo que, con los apuros económicos que seguimos pasando en el sistema sanitario, podamos hacerlo entorpeciendo lo menos posible el trabajo asistencial de los profesionales que ya está bastante sobrecargado». Por todo ello, el coordinador asegura que el trasplante de vivo tardará un poco más en implantarse en Extremadura.