La crisis se ceba con el colectivo juvenil. Siete de cada diez extremeños de entre 16 y 30 años no tienen ingresos y el 84% aún vive con sus padres porque no puede permitirse pagar un alquiler o una hipoteca. Así se desprende del último informe emitido por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, que sitúa a Extremadura como una de las regiones con mayores tasas de paro juvenil (un 42%, cifra solo superada por Andalucía, Ceuta y Melilla) y pobreza, que para los menores de 25 años, los desempleados y los inactivos ronda el 50%.

«La situación es devastadora, alarmante. Hay que hacer inversiones, plantearse objetivos reales y hacer una apuesta mucho más fuerte por las políticas de juventud», afirmó ayer la presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura (CJex), Elena Ruiz, que dio a conocer los últimos datos del Observatorio. Las cifras reflejan que siete de cada diez jóvenes de la región carecen de ingresos y que la tasa de paro ronda el 42% con un total de 38.012 personas de entre 16 y 30 años en desempleo. La cifra se reduce un 11% en relación al año anterior, pero lo hace a costa de la rebaja de la población activa, bien porque los jóvenes han empezado a cursar estudios o porque han emigrado. Y es que, según el informe del CJex, son 1.700 los jóvenes extremeños que en el primer semestre del 2016 salieron de la región en busca de nuevas oportunidades en otras comunidades. Se trata de la cifra más alta de los últimos siete años y el organismo advierte de que podría ser aún superior porque no todos los que se marchan se registran en su nueva residencia.

Con respecto a la ocupación, cabe destacar que la tasa se sitúa en el 30,8% una cifra que tampoco mejora a pesar de que las perspectivas económicas sí lo hacen: si en julio del 2016 eran 52.194 los jóvenes extremeños que tenían trabajo, un año antes eran 56.167, casi 4.000 más. A ello se suma que se enfrentan a un mercado laboral en el que predomina la temporalidad (el 97% de los nuevos contratos son temporales y dos de cada diez de horas insuficientes) y la sobrecualificación, que afecta sobre todo a las mujeres, con siete de cada diez en puestos que requieren una menor formación de la que tienen.

El sueldo medio que perciben los jóvenes extremeños, detalla Ruiz, apenas supera los 700 euros. El estudio también destaca, no obstante, el «comparativamente bajo nivel formativo» de los jóvenes extremeños, pues el 47% no continúa más allá de los estudios obligatorios.

En este contexto, solo el 16,4% de los extremeños de entre 16 y 30 años ha logrado emanciparse, la segunda tasa más baja del país solo por detrás de Navarra. «Para la población joven extremeña es casi imposible acceder a la vivienda sin caer en riesgo de pobreza o exclusión social», dice la presidenta del CJex. Salir de casa significa sobreendeudarse y solo está al alcance de los que son mileuristas. El resto, según el estudio, necesitaría una ayuda complementaria de 115 euros mensuales para pagar un alquiler o de mil al año para una hipoteca.

«Hay que echar un cable a la juventud, los salarios son demasiado bajos y los alquileres demasiado altos. Lo que se necesitan son ayudas que complementen los salarios», afirma Ruiz, que pide a la Junta ayudas específicas al alquiler para jóvenes o que trabaje para mejorar su empleabilidad y generar puestos de calidad. «Los gobiernos tienen que hacer una apuesta muy fuerte por la creación de empleo. Es mucho dinero, pero hay que intentar construir un futuro atractivo para los jóvenes», concluyó.