Según los datos de la Seguridad Social, 2.252 mujeres trabajan como empleadas de hogar en Extremadura. Según la impresión general, son muchas más. ¿Quién no conoce a alguien que "echa una horas en una casa sin seguro"? De hecho, la normativa establece que quien trabaje menos de 20 horas semanales en este ámbito para un solo empleador o 40 para varios no está obligado a cotizar. Aparte están las trabajadoras --ya que es un empleo al que se dedican fundamentalmente mujeres son inmigrantes-- que, pese a no cumplir este requisito, están fuera del sistema.

"Muchas horas por poco dinero". Así resume el trabajo doméstico Raquel Pinto, que empezó a trabajar en este ámbito con solo 14 años y en siete años no ha cotizado nunca por su labor profesional. Y es que se trata de una tarea que "en gran parte, se desarrolla en la economía sumergida", como manifiesta Rafael Cañete, secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de UGT Extremadura.

Así, especifica Cañete que, de acuerdo con las estimaciones del sindicato: "La cifra de empleadas no reconocidas oficialmente equivaldría a un 40% de las que están dadas de alta, es decir, serían unas 900". Ante esta situación, el Gobierno prepara una norma para mejorar las condiciones laborales de este colectivo. Ahora, por ejemplo, ni siquiera tienen derecho a un contrato escrito y son el único sector sin cobertura por accidente laboral.

Sin embargo, acostumbradas a permanecer fuera del sistema legal y a que muchos intenten aprovechar esa situación marginal "para pagarnos cuatro duros por mil horas", la mayoría de las empleadas de hogar no tienen muchas esperanzas en que su situación realmente mejore. EL PERIODICO ha contactado con varias mujeres que desarrollan esta labor profesional para conocer en profundidad en qué consiste. Estas son sus historias.

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