El Tribunal Supremo ha confirmado la absolución del exdirector del Colegio Salesianos de Cádiz y Badajoz que fue juzgado por delitos continuados de abusos sexuales, contra la integridad moral y malos tratos a un grupo de 27 estudiantes de entre 12 y 14 años del centro gaditano. En una sentencia hecha pública el pasado viernes, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo confirma la sentencia de la Audiencia Provincial de Cádiz que absolvió al sacerdote, F. J. L. L., al estimar que los juegos que hacía con los chicos en su despacho se desarrollaban «en un contexto lúdico» sin connotaciones sexuales.

La sentencia, que mantiene la condena del cura a indemnizar en concepto de daños morales a 12 niños en la cantidad de 500 euros a cada uno, desestima los recursos de casación interpuestos por el fiscal y la Junta de Andalucía contra la absolución acordada por la Audiencia Provincial de Cádiz.

El Supremo, en una sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Carlos Granados, recuerda su jurisprudencia sobre el delito de abuso sexual. «El elemento esencial, común a los delitos cuya aplicación solicita el Ministerio Fiscal, está ausente en el relato fáctico en el que expresamente se dice que los actos realizados por el acusado con sus alumnos se llevaron siempre en un contexto lúdico ajeno a todo móvil sexual», indica la sentencia.

El fallo ahonda en que «no ha quedado probado» que los juegos del entonces director del colegio Salesianos de Cádiz tuvieran «un componente erótico ni que el acusado lo llevara a cabo con móvil sexual alguno».

hasta 38 AÑOS / El sacerdote, para quien el fiscal llegó a pedir 38 años de cárcel, fue absuelto en julio del año pasado en una sentencia que contó con el voto en contra de una magistrada que consideró que sí había connotaciones sexuales en los juegos del acusado con sus alumnos.

F. J. L. L. fue director del colegio salesiano de Cádiz entre 2011 y 2013. En este periodo, y hasta que fue denunciado, detenido y encarcelado, implantó un sistema por el que justificaba las ausencias a las clases de sus alumnos para que estos fueran a su despacho, donde poco a poco se empezaron a desarrollar juegos cada vez más violentos y peculiares, entre ellos los conocidos como «goldfish» o «el abrazo del oso». Antes de todo esto, entre los años 2006 y 2011, dirigió el colegio salesiano pacense.

Su imputación creó un gran revuelo en la comunidad educativa, incluso con el enfrentamiento a las puertas de los juzgados entre personas que le apoyaban a y las que respaldaban a las familias denunciantes. Unas 200 personas se concentración en julio de 2013 en Badajoz en su apoyo.