A veces la vida te sorprende con una entretenida paradoja. Por ejemplo ésta: hay un señor de Salvaleón (Badajoz) que es uno de los mayores expertos en tesoros submarinos españoles del siglo XVII. Ese señor se llama Fernando Serrano Mangas, es profesor de Historia de América en la Universidad de Extremadura y vive en Cáceres.

Quien haya leído la novela "La carta esférica" de Arturo Pérez Reverte recordará la importancia que tenían en la trama los especialistas en tesoros submarinos y las mafias que se movían alrededor. El profesor Serrano puede dar fe de episodios fascinantes propios de novelas de aventuras porque ha sido protagonista de algunos. Escucharlo en su despacho de la facultad cacereña de Letras es un placer. Callemos, pues, y escuchemos.

¿De dónde le viene la afición a la historia naval a un niño de un pueblo de Badajoz?

-- Mi padre era electricista. Me interesaron estos asuntos desde pequeño, leía historias, cosas sobre este tema y me di cuenta de que había un vacío enorme. Empecé estudiando lo que era el vehículo de transporte en la época de los Austrias: el galeón. Hice mi tesis sobre las armadas y la flota de la plata en tiempos de Felipe IV con una beca del Banco de España. Sevilla es un lugar especial para investigar estos temas al estar allí el Archivo de Indias. Es el mejor depósito de información de naufragios de la época moderna en el mundo.

Desde el desastre de la Armada Ivencible se tiende a asociar la Armada española con la chapuza.

-- La bibliografía anglosajona sostiene que sus barcos eran los mejores y los nuestros eran una chapuza, pero recientes estudios de tecnología naval demuestran que no es así, sino al contrario. El desastre naval más importante no es el de la Invencible, sino el de las Dunas. A partir de la batalla de las Dunas de 1639 se abandona la política imperial en Europa. Las Dunas fue una batalla crucial, el último intento de los Austrias españoles de tener la hegemonía en Europa y de controlar el mar del Norte, de donde venían todos los pertrechos navales: brea, madera, cordaje... Murieron unos 20.000 marineros, se perdió prácticamente la Armada. La batalla duró tres o cuatro días entre las costas de Francia, Inglaterra y Holanda. A partir de las Dunas se abandona la idea imperial y nos centramos en proteger las rutas americanas.

¿Dónde nos derrotaron los corsarios?

Eso que aparece en las películas de unos piratas tomando un galeón español no sucedió jamás. Un galeón de plata español sólo fue tomado por armadas regulares y en contadísimas ocasiones. Una fue en 1628, cuando una flota holandesa potentísima tomó la flota de Nueva España y aquello le costó la cabeza al almirante, Juan de Benavides Bazán. Se la cortaron públicamente por orden de Felipe IV en 1634 en la plaza de San Francisco de Sevilla. Con el botín que consiguió Holanda financió ni más ni menos que la ocupación de Brasil. La siguiente fue con el bloqueo de Robert Blake en 1657 en Cádiz, que apresaron algún barco obteniendo mucho beneficio y ahí por primera vez un comandante español llevó a cabo lo que se le ordenaba: volar el barco para impedir que ni tesoro ni barco cayeran en manos del enemigo. Esto nos lo encontramos otra vez en Vigo, donde Velasco mandó pegarle fuego a los galeones. Son los únicos casos en que se tomó un galeón español.

LOS MEJORES TESOROS

¿Dónde están entonces los mejores tesoros submarinos: en Vigo, en América, en Cádiz...?

-- El mejor yacimiento arqueológico submarino del mundo es la bahía de Cádiz. Ahí están bien conservados en fango desde los barcos fenicios hasta los barcos del siglo XIX. Hace tiempo que deberían haberse hecho prospecciones en la bahía de Cádiz. No existen en España universidades ni organismos dedicados a rescatar el patrimonio submarino. Universidades como Cádiz, Huelva o Sevilla deberían ser avanzadas en esta línea, pero no lo son. La Universidad de Extremadura podría investigar ese campo. No existe en España ese tipo de museo de historia marítima. ¿Por qué no puede estar en Cáceres la mejor colección de cañones navales de bronce, de vasijas de barcos, las balas de cañón...? Todo depende de los planteamientos. Lo cierto es que nuestros antepasados extremeños viajaron a América en esos barcos.

¿Usted conoce sitios donde buscar un tesoro submarino?

-- Sí... En la costa española. No me tendría que ir a América. Lo ideal sería un grupo de investigadores trabajando para el Estado con un proyecto para hacer un buen museo marítimo español donde haya restos de este barco y de aquel otro. Es un campo verde y por hacer.

¿Hay buscadores de tesoros submarinos en España?

-- Esto parte de Estados Unidos. Tienen posibilidades económicas y aparecen los buscadores de tesoros hacia 1950. Mientras investigaba en Sevilla en el Archivo de Indias, siempre había muchos profesionales de la historia contratados por buscadores de tesoros americanos. Pagaban bien. A mí me quisieron contratar varias veces. Quieren la ayuda de alguien que lleve muchos años trabajando en el Archivo de Indias de Sevilla, que sepa cómo reaccionaban los marinos de la época en una situación de emergencia, que tenga intuición para moverse entre millones de papeles y sepa señalar un punto donde buscar el yacimiento. Eran personajes muy peculiares con escasa cultura histórica como Robert Marx, como Fisher, que encontró el galeón Atocha. Algunos tienen medios tecnológicos superiores a los de la Armada española, incluso submarinos.

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