Tres donaciones multiorgánicas y tres trasplantes hepáticos se realizaron en la región en enero y febrero, lo que supone superar la cifra de 500 riñones trasplantados desde que comenzaron a implantarse en Extremadura, según los datos facilitados por la consejera de Sanidad y Dependencia, María Jesús Mejuto, durante la inauguración del tercer curso-taller sobre actualización en donación de órganos y tejidos, que se desarrolla en Mérida.Según recoge la agencia Europa Press, Mejuto detalla que el porcentaje de donantes potenciales de 2007 fue similar al de los años previos, pero "por contraindicaciones médicas y clínicas" el número de donantes descendió a 19, aunque se espera que "sea algo puntual" y que durante este año aumente la cifra, ya que cree que se está siguiendo "una buena línea". Además, el porcentaje de donantes vivos se incrementó en un 30 por ciento durante el último año a nivel nacional, especialmente en donación renal y hepática, por lo que es algo que también "se está potenciando, aunque "no esté desarrollado a nivel regional, pero sí a nivel nacional". En cuanto al curso, la consejera aclara que se celebra todos los años para "transmitir e implicar a todos los colectivos del sistema sanitario de la importancia que tiene que colaboren con nosotros para la captación y transmisión de donantes". Así, la consejera de Sanidad y Dependencia se ha reunido con los coordinadores de las distintas áreas "para ver los puntos débiles y los motivos" que influyen a la hora de hacerse donante, con objeto de "captar a más posibles donantes" para intentar aumentar la cifra de los mismos. Finalmente, María Jesús Mejuto recieda que ser un donante potencial de órganos no quiere decir que luego se llegue a ser un donante efectivo y que acaba de entrar en vigor el decreto de cesión de voluntades anticipadas, por el que se puede hacer constar por escrito la voluntad de donar los órganos "y eso se va a respetar", ya que, añade, hasta ahora sólo existía el carné de donante por el que se expresaba la voluntad de donar pero la decisión última en el momento de practicar la donación real recaía en los familiares del donante.