Más del 70% de los adolescentes consumen alcohol cuando salen de fiesta, y tres de cada diez que acuden al botellón son menores de edad. La consecuencia de este consumo a edades cada vez más tempranas es que en la actualidad haya 3.000 personas que acuden a terapias de grupos a asociaciones de alcohólicos rehabilitados para dejar su adicción. Esas son las que quieren tratarse de su problema, pero hay muchas miles más que no siguen ningún tipo de tratamiento. Así lo ponen de manifiesto desde la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Extremadura (Alrex) que hace una llamamiento a la concienciación en el Día Sin Alcohol, que se celebra hoy.

Este colectivo, por su experiencia, asegura que el problema hay que atajarlo desde la raíz, a base de educar desde los centros escolares sobre las graves consecuencias que acarrea el consumo de alcohol. En este sentido, denuncian que la práctica del botellón no es precisamente un ejemplo a seguir y señalan aquí la responsabilidad de los ayuntamientos. El botellón "está politizado, es un problema que lleva muchos intereses", indican responsables de Alrex.

Lo primero que hay que tener claro, insisten, es que se trata de "una enfermedad larga y progresiva, con la que tenemos que luchar toda la vida", porque nunca se deja de ser alcohólico aunque no se consuma, aclaran. Además, se da la circunstancia de que la crisis económica "lo está agravando todo, porque hay gente que se agarra al alcohol para olvidar sus problemas". De ahí la importancia de los nueve centros que Alrex tiene repartidos por la región, cada uno de los cuales ayuda a centenares de personas.

Quienes llegan aquí cada vez son más jóvenes, ya que la edad de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en la región en 14 años, según los últimos datos de la encuesta sobre drogas en el ámbito escolar. Por ello, proponen que haya servicios exclusivos en sus centros de tratamiento y en los de las administraciones públicas para los jóvenes, porque "a lo mejor pueden dejar de beber una semana, pero es muy difícil que un joven se mantenga en abstinencia".

En cualquier caso, reiteran que "se puede salir" de este problema, con voluntad y con el apoyo de la familia, aspecto que consideran fundamental. "Dar el primer paso nos cuesta; que te llamen alcohólico es un insulto, y a nadie le gusta que le insulten, pero yo salí y ya hace once años que no bebo", comenta uno de los dirigentes de Alrex.

Este colectivo realiza estos días diversas actividades con motivo del Día Sin Alcohol, tales como cursos, talleres y apariciones en medios de comunicación.