XAx lo largo de estos días ha comenzado en Alemania lo que va a constituir la mayor reforma de su modelo federal, esto ha sido posible gracias al pragmatismo de los dos partidos más importantes de su arco parlamentario. Entre 20 y 40 modificaciones constitucionales será preciso abordar, con el fin de revisar las jurisdicciones de sus 16 Estados federados, hasta legar a una distribución más racional de las competencias entre el Gobierno central y los dichos estados. Con esta reforma, el Estado central pretende adquirir la capacidad de tomar mayores decisiones y de forma más rápida, evitando la parálisis del ejecutivo derivada de una política de bloqueo producida a consecuencia de las trabas presentadas por parte de los Estados federados.

El modelo alemán fue creado en 1949, finalizada la segunda Guerra Mundial, se elaboró bajo la vigilancia de los países aliados, con la intención de limitar el poder del Gobierno y evitar posible rebrotes belicistas, a este sólo objeto se distribuyeron las competencias entre los diferentes Estados federados, y no con el propósito de proporcionarles un mayor marco competencial. Este tipo de vertebración territorial, dio origen un sistema modélico, hasta el punto de ser exportado a otros países. Pero lo que resultó bueno para aquel momento y para aquellas circunstancias, se manifiesta actualmente como una pesada losa a la hora de tomar decisiones generales y urgentes.

Actualmente el 60% de los proyectos de ley, para ser aprobados, deben pasar por el Consejo Federal; a partir de esta reforma, se reducirá el porcentaje al 35% o al 40%, a cambio de esta cesión, el Gobierno central, entrega a los Estados federados las competencias totales en materia educativa (añadiéndoseles las universitarias que eran las que no tenían) las medioambientales, las notariales y el sistema penitenciario. Por contra el Estado central se reserva el control de la energía nuclear, el terrorismo, el armamento, el censo, el sistema de pensiones, el patrimonio cultural y la representación de Alemania ante la Unión Europea.

El proceso que está viviendo Alemania, no tiene por qué ser válido ni extrapolable a otros países, pero perfectamente puede servir como referencia. Hace 55 años a los alemanes se les impone una descentralización administrativa, ahora son ellos, quienes por propia iniciativa pretenden retomar el camino hacia una mayor centralización. Las únicas críticas vertidas contra el proceso, son en el sentido de que no deberían hacerse tantas concesiones en materia educativa a los Estados federados, por entender que aquellos que sean más ricos, podrán disponer de mejor profesorado, al poder proporcionarles mayores salarios. Las dos Alemanias antes de la reunificación podían perfectamente haber subsistido como dos naciones independientes, con mucho mayor potencial que otras presuntas naciones, sin embargo optaron por la unidad.

Si observamos el mapa de la globalización, se puede comprobar fehacientemente, que los movimientos supranacionales están orientados hacia un proceso de concentración entre los diferentes estados, aunque para ello sea preciso dejar por el camino parte de su soberanía, éste es el caso de los países pertenecientes a la Unión Europea. Otro tanto sucede en el mundo financiero y empresarial; de la unión de varias empresas resulta otra más fuerte y competitiva; se trataba de bancos tradicionales, con prestigio y buena gestión, pero que han sacrificado la independencia de sus directivos, en aras a una fusión que les proporciona mayor estabilidad, y les evita la sorpresa de opas no deseadas.

En el diccionario de la actualidad, unión es sinónimo de fortaleza, frente a atomización y disgregación. Quien pretenda buscar el beneficio propio a base de un nacionalismo excluyente, queda fuera de juego, padece la misma enfermedad que aquel a quien el egoísmo le llevó a matar a la gallina de los huevos de oro.

La primera lección que nos proporciona Alemania es la de la unidad de sus partidos, quienes por encima de intereses y de consideraciones ideológicas buscan lo más adecuado para su país. La segunda nos recuerda aquel viejo axioma de que: la unión hace la fuerza .

*Profesor