El pueblo saharaui aporta una lección frente a la "opulencia y la crisis del modelo económico" de la sociedad actual, según el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, quien ha abogado por mirar al Sahara para alcanzar un cambio de valores que ayude a superar la crisis.

Fernández Vara ha recibido hoy a una representación de 20 niños saharauis que se encuentran en Extremadura, dentro del programa "Vacaciones en Paz", en la que el delegado saharaui para Extremadura, Badadi Nenamar, le ha hecho entrega de una "rosa del desierto" y una bandera del Sahara occidental.

En su intervención, Fernández Vara ha destacado la riqueza cultural y humana que aportan los 349 niños que pasan sus vacaciones en Extremadura, así como la sencillez con la que afrontan la vida, pese a los problemas a los que se enfrentan a diario.

Los niños saharauis, ha subrayado, aportan mucho a la sociedad en su conjunto y permiten vislumbrar, por ejemplo, las comodidades a las que tiene acceso el hombre occidental que no se valoran a diario, como agua caliente y electricidad.

Por su parte, Nenamar ha destacado el "enorme caudal de solidaridad" de la sociedad extremeña con los menores del Sahara occidental que, según ha dicho, no son culpables del conflicto en el que se ve inmersa esta sociedad.

En este sentido, el presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, Eduardo Martín, ha señalado que Extremadura es la segunda comunidad que más niños acoge y está a la cabeza en el fomento de los "huertos en el desierto", que consisten en la construcción de huertos de cultivo en los campamentos de refugiados.

El proyecto, ha recordado, les permite vivir en una cultura de paz, recibir una atención médica especializada o perfeccionar el español y, a cambio, transmiten un cariño y una felicidad especial.