El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tilda de "inmorales" a quienes en su partido marcan ahora, en los momentos difíciles, distancias y dan la espalda al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando antes lo tenían en un "pedestal".

"El que pueda haber gente de tu familia que cuando las cosas iban muy bien lo tenían en un pedestal y cuando las cosas vienen peor dadas tomen cierta distancia, me parece otra palabra que no digo porque es un poco fuerte", afirma en su intervención en el Foro de la Nueva Economía, según recoge la agencia Europa Press.

Tras remarcar lo que le molestan las "deslealtades", recuerda que cuando España crecía al 4 por ciento "la gente se partía la cara por pasarle la mano por encima del lomo" a Rodríguez Zapatero.

En referencia a algunos presidentes autonómicos, señala que "dejar a la gente" cuando las cosas vienen mal dadas para que parezca que toda la responsabilidad es suya es una "inmoralidad", y añade que en "los suyos" es además "el colmo". "Yo soy de los que creo que el día que la gente lo está pasando mal también hay que estar con ella. Por eso desde Extremadura voy a ayudar a José Luis Rodríguez Zapatero, porque es el presidente de mi Gobierno y de mi país".

A su juicio, la actitud "honesta" de todos con España es estar en estos momentos al lado del presidente, "aunque lo fácil -ha dicho- es lo contrario y los mismos que ayer le llamaban, hoy algunos le dan la espalda, y a mi eso me parece profundamente injusto".

El presidente extremeño, que ha estado arropado en el acto por el vicepresidente tercero, Manuel Chaves; la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde; y la de Medio Ambiente, Elena Espinosa, así como por otros ex ministros socialistas como Jesús Caldera o Mariano Fernández Bermejo, realiza un diagnóstico de la situación económica y aboga por defender la "marca España" y por apostar por la competitividad.

El extremeño agrega que lo que está en juego ahora no son los votos, sino el futuro del país y destaca que habrá que empezar a tomar medidas, incluso "dolorosas" para salir de la "difícil" situación actual.

A su juicio, España está en buenas condiciones para pensar en el futuro siempre que se le diga a la gente no lo que quiera oír, sino lo que debe oír, porque es tiempo de "mucha sinceridad" para que no se produzca mayor distanciamiento entre ciudadanía y política. "No son tiempos para la lírica, sino para la ética de la política", zanja.

Asegura un plan privado de pensiones desde hace 18 años por el que paga 60 euros al mes y considera que lo importante es ir fortaleciendo el sistema de pensiones.

En el terreno de los acuerdos para superar la crisis, cree imprescindible que los haya entre las comunidades y el Gobierno y ha vuelto a proponer un encuentro, en este caso tras el semestre de Presidencia de la UE, entre presidentes autonómicos para alcanzar un "marco de decisiones comunes" y a partir de ahí "hablarlo" con el Ejecutivo.

Sobre el futuro de las cajas de ahorros, destaca que le gusta todo aquello que permita que las extremeñas puedan seguir sobreviviendo y ha asegurado que mientras él pueda las cajas de su comunidad "no serán franquicia de nadie" porque es ir a un "camino fracasado".

La fusión puede ser una opción, de igual manera que lo es una integración de las dos cajas en un grupo de protección superior o una integración por separado, y ha remarcado que en todo caso serán ellas quienes tomen la decisión sobre su futuro.

En cuanto al debate sobre los toros, ha reconocido que le gustan y que es aficionado, aunque ha dejado claro que defiende ese mundo por interés, dado el peso económico de las ganaderías extremeñas.

A su juicio, no es necesario declarar bien de interés cultural las corridas de toros, sino bien de interés económico y de empleo y ha afirmado que estar opinando sobre este asunto en los momentos actuales es un "lujo de ricos".