La oleada de robos en viviendas que sufren algunas zonas del país ha elevado la preocupación en los vecinos de los enclaves residenciales de la región. Los residentes en urbanizaciones y chalets en las afueras de los principales núcleos poblacionales extremeños aseguran estar "intranquilos e inseguros" ante la posibilidad de que esta práctica se extienda a Extremadura.

Las asociaciones vecinales consultadas por este diario en Cáceres y Badajoz insisten en que la vigilancia de este tipo de zonas residenciales por parte de las fuerzas de seguridad del Estado es "mínima". La policía, por su parte, pide tranquilidad y asegura que Extremadura es una región tranquila en la que no existen bandas organizadas como las que actúan en los robos con violencia que se han producido en Cataluña o Madrid. No obstante, reconocen que mantendrán una especial vigilancia con el objetivo de prevenir posibles sucesos de este tipo.

Pero estas explicaciones no convencen a los dueños de las viviendas. En La Sierrilla, una de las zonas de Cáceres alejadas del casco urbano y en la que se concentran viviendas de tipo medio alto, aseguran que el clima de inseguridad es elevado y critican la escasa presencia policial a pesar de que aseguran que es una vieja reivindicación de los vecinos.

LOS AFECTADOS Francisco Javier Bermejo, presidente de la asociación de vecinos, reconoce que existe "una gran preocupación" porque en algunas viviendas "han entrado a robar de noche estando los dueños dentro".

Para Bermejo lo mejor es "dar una solución a los problemas antes de que lleguen", y la clave, desde su punto de vista, "es una mayor vigilancia policial". De momento, asegura que para suplir esta carencia los vecinos recurren a sistemas de vigilancia con el consecuente desembolso económico que supone.

Lo mismo ocurre en Dehesilla del Calamón, una urbanización situada a unos cinco kilómetros del casco urbano de Badajoz y en la que residen unos 500 vecinos. "Aquí cada vez se ven más sistemas de seguridad en las viviendas, la gente se está gastando bastante dinero en seguridad porque la preocupación cada vez es mayor", señala el presidente de la asociación de vecinos, Eduardo Martínez, quien reconoce que "deberían tomarse medidas porque la situación cada vez es más complicada".

En este sentido, Martínez insiste en que la forma en la que se cometen este tipo de delitos "ha cambiado mucho en los últimos años" y asegura que los vecinos de la urbanización están estudiando "muy seriamente hacer algo, como contratar seguridad privada por ejemplo". A pesar de ello, señala que en ocasiones la Guardia Civil recorre la urbanización, "lo que supone una tranquilidad para nosotros".

En Las Vaguadas, otra zona de Badajoz, tienen un servicio interno de vigilancia, además de los sistemas instalados en las viviendas. "Ya nos prometieron hace tiempo que tendríamos más presencia policial para evitar este tipo de situaciones, pero de momento no ha sido así y es muy necesaria", reconoce la expresidenta del colectivo vecinal.