Este viaje es muchos viajes. Hace ocho años Montse Arbeló y Joseba Franco emprendieron un recorrido por todo el mundo. Querían atraparlo , si esto es posible, con los medios tecnológicos del presente (móviles, ordenadores, vídeos, cámaras fotográficas, sonido) para construir una imagen de él.

El viaje aún no ha terminado. Se han dado de plazo hasta el 2010. Una década comprimida en imágenes y sonidos que arrojarán una interpretación. "Aunque luego seguiremos viajando. Será un viaje que no tiene fin", dice Montse Arbeló.

¿Qué clase de mundo es este, el que ellos han vivido? Su proyecto, cuyas pretensiones artísticas los ha conducido a centros de arte y museos como el Chelsea de Nueva York o, en estas semanas, el MEIAC de Badajoz, ha convertido a esta pareja en nómadas . Y así han llamado a su construcción del mundo: Nómadas. Oriente-Occidente .

"El mundo tiene un ritmo trepidante, se repite una y otra vez y las nuevas tecnologías lo invaden todo. La globalización exacerba los localismos, pero en el fondo todos sentimos y vibramos con las mismas cosas, independientemente del color de la piel, lengua, cultura, economía...", explica Montse Aberló.

DESTINOS Ella y Joseba Franco son pareja y son artistas. Han realizado proyectos sobre nuevas tecnologías aplicadas al arte, videoinstalaciones, fotografías, que han albergado museos como el Reina Sofía, el centro Artium de Vitoria o el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

Estados Unidos, Japón, China, Filipinas y Europa han sido algunos de sus destinos en estos ocho años. En ellos han intentado reflejar el ritmo de vida y la cotidianidad de los lugares y su experiencia.

En materiales pueden resumirse en más de 50 horas de grabaciones en vídeo y en miles de fotografías, que dejan entrever la diversidad de valores, las innumerables formas sociales e identidades que conforman "ese mosaico que es el mundo globalizado y cuya imagen intentamos ordenar".

Y la consecuencia de los viajes es, como se muestra en el MEIAC, una instalación de dos vídeos de unos 15 minutos (su compendio vertiginoso de ese mundo), una composición musical de Mandi Capote de Mali, que une la música occidental y la oriental, y dos pantallas de proyección de imágenes. En pantallas de televisión se pueden escuchar y ver testimonios de gentes recogidos de los viajes.

"Nos interesaba el día a día, cómo se vive en las calles de Tokio, de Manila o de Amsterdam". Y de ahí sale un mundo sin fronteras ni certezas, vienen a decir ambos artistas. En sus desplazamientos, además, han organizado exposiciones, conferencias y realizado proyectos vinculados a las nuevas tecnologías con grupos, artistas e instituciones.

¿En qué notan que ha cambiado el mundo tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra Estados Unidos?

"No pensamos que haya habido cambios. Sí, es cierto que ha aumentado la seguridad, pero la gente sigue igual. Poco después del atentado de Madrid (en el 2005), nosotros viajábamos en un vagón de tren y observamos una mochila en el suelo. Inmediatamente avisaron a los agentes de seguridad y uno de ellos se acercó a la mochila y le dio una patada. Ese gesto indica cómo se siguen haciendo las mismas cosas".

¿Pero no es el mundo más violento? No lo cree así Montse Arbeló: "Parecería que los seres humanos tenemos que destruir para crear. Sin embargo, esta es una tendencia antigua. Aunque es cierto que la capacidad de destrucción es más alta, pero también los medios de comunicación exageran los conflictos".

¿Y no está Occidente comiéndose a Oriente? Visualmente uno encuentra esos símbolos cuando viaja: los de la Coca-Cola, pero también los de Zara o los de McDonald´s. "Es cierto", concede Arbeló. "Cuando estuvimos en Japón, vimos cómo los jóvenes se debatían entre la cultura tradicional y la importada. La globalización nos facilita herramientas tecnológicas y sus avances, pero tiene sus efectos negativos. No llegan a todos esas ventajas, y así hay abierta una brecha entre ricos y pobres tecnológicos".

Nómadas se ha exhibido en Nueva York tras su inauguración en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, y posteriormente ha emprendido un nuevo viaje por Murcia, Tenerife, Palma de Mallorca, Badajoz, Zaragoza, Chicago, Roma, Nápoles y Brasil. Otros viajes aguardan a Montse Arbeló y Joseba Franco. "En invierno viajaremos al sur, a la India, a Egipto, a Irán, a zonas de conflicto y a otras que los han sufrido".

¿Y cómo les han afectado estos viajes en su idea del mundo? "Claro que nos la ha modificado. Nuestro trabajo es un proceso. Somos una pareja y no tenemos hijos. Nuestros hijos son nuestros proyectos".