Se habla mucho de los terroristas, pero poco de las víctimas. Es el sentir de la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo, cuyo presidente, Santiago Moriche, reclamó ayer a las administraciones, incluido el Parlamento regional, "un compromiso concreto en favor de las víctimas, para que al dolor de las heridas por la pérdida de un familiar no se sume el dolor del escarnio y de ver a los asesinos recibiendo homenajes".

Fue su reivindicación ante un auditorio formado por unas cien personas, que asistieron en Plasencia a las cuartas jornadas de la asociación bajo el lema Nadie muere, mientras no se le olvida .

En respuesta, el subsecretario del Ministerio del Interior, Justo Zambrana, explicó que ya ha concluido el trabajo técnico de la futura ley de reconocimiento y protección integral a las víctimas del terrorismo y expresó su deseo de contar en breve con el consenso político.

También un reconocimiento a las víctimas es el libro Vidas Rotas , que ayer la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, ensalzó porque "pone cara y ojos a las personas asesinadas" en 50 años de terrorismo, entre ellos "muchos extremeños muertos en otros lugares de España.

A estos les recordó la alcaldesa placentina; de hecho, el ayuntamiento instalará un monolito en memoria de las víctimas. A su vez, el presidente de la Junta rindió un homenaje a los abuelos de las víctimas porque "han actuado como un segundo padre" y defendió el papel de la UE "en nuestras esperanzas para ganarle la batalla al terrorismo".