Feliz y muy satisfecho por haber sido designado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, Julio Márquez de Prado, pacense de 55 años, confía en poder ocupar el cargo lo antes posible --calcula que será después de Reyes-- y cubrir las expectativas que de él se esperan.

¿Qué ha significado para usted contar con el voto de 18 de los 20 miembros del Pleno del Consejo General del Poder Judicial?

--Una satisfacción tremenda. Ocupar el cargo de presidente de un Tribunal Superior es algo importante para cualquier miembro de la carrera judicial, y que te elijan por tan amplia mayoría supone un orgullo aún mayor.

¿Y a nivel personal?

--Igualmente importante, pues supone volver a mi tierra, a Extremadura, con la que mantengo una gran vinculación y a la que regreso con muchas ganas de trabajar. Estoy muy emocionado.

¿Por qué se marchó?

--Obligado. Ascendí a magistrado y por traslado forzoso, no voluntario, tuve que ocupar una plaza en un juzgado de Bilbao. Fue una salida casi obligada, y cuando pude dejar Bilbao no había plaza en Extremadura y recalé en Córdoba y de allí a Sevilla, mi segunda patria chica.

Si así la considera, ahora no le será fácil dejar aquella tierra.

--Bueno, es un sentimiento agridulce, pues por un lado vuelvo a Extremadura, con una ilusión tremenda y muchas ganas de trabajar, pero dejo Sevilla, donde he estado muchos años, me he formado profesionalmente y he tenido la suerte de trabajar con excelentes compañeros.

¿Y a su familia le costará?

--No existe problema. Estoy separado, anulado el matrimonio, y mis dos hijos, que por cierto son extremeños, de Almendralejo, ya tienen su vida. Quizás si se traslade a Cáceres mi hijo, que está preparando conmigo las oposición a la judicatura.

De la Audiencia Provincial de Sevilla a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Le consta que su predecesor en el cargo ha mantenido excelentes relaciones con las instituciones, tanto de la Comunidad como centrales, ¿usted seguirá en esa línea?

--Por supuesto, como debe ser. Evidentemente mi deseo es mantener buenas relaciones con todas las instituciones, entre otras, por supuesto, con la Junta de Extremadura. Ya he tenido ocasión de hablar con algún consejero de la Junta de Extremadura y yo creo que por las dos partes se va a hacer todo lo posible para que esas relaciones institucionales, Junta y TSJEx, sean magníficas.

Por su respuesta queda claro que usted es partidario de que la Administración de Justicia mantenga relaciones con los otros poderes.

--No es que sea partidario, es que yo creo que es una obligación que existan esas relaciones cordiales y esa colaboración mútua. Yo me ofrezco desde este mismo momento, no sólo a mis compañeros, como tiene que ser, jueces y magistrados, sino a todas las instituciones extremeñas; y también, en reciprocidad, les pido a ellas esa misma colaboración. Esta es mi idea y estoy seguro de que esas buenas relaciones se van a mantener.

Y respecto a los medios de comunicación, como transmisores a la sociedad de lo que acontece en la Administración de Justicia, ¿es partidario de que esos medios puedan tener acceso a juzgados y tribunales?

--Yo soy totalmente partidario, lógicamente con las reservas propias de determinadas actuaciones judiciales que por sus características deben mantenerse en secreto, como en el ámbito de las diligencias penales o en el de algunas actuaciones que pueden afectar a intereses muy personales de las partes implicadas en los procesos. Pero yo entiendo que la postura cercana, de los órganos judiciales hacia todos los ciudadanos, es también una obligación.

Ya en Extremadura, ¿su primer objetivo?

--Muy a corto plazo intentar tomar contacto con la realidad judicial de la Comunidad. Por el momento, a través de un vocal territorial del CGPJ que pertenece a Extremadura, ya he podido saber con gran satisfacción que la Administración de Justicia en esta región tiene un funcionamiento bastante aceptable. La primera impresión que me han transmitido es que la Administración de Justicia goza de muy buena salud en Extremadura. Yo espero que sea así y poder, en la medida de mis posibilidades y con mi trabajo, intentar mejorarlo.