Elisa Barrientos, presidenta de la Organización Regional de Mujeres Empresarias Extremeñas (Ormex), se muestra muy crítica con este primer año de vigencia de la Ley de Igualdad. Entre otras cosas, considera contraproducente que únicamente se obligue a negociar planes de igualdad a las empresas que cuentan con plantillas que superen los 250 trabajadores. "Mientras eso sea así, difícilmente la aplicación de la ley se va a hacer extensiva a todas las empresas, ya que la mayor parte de ellas son pymes". Por este motivo, cree que "va a pasar mucho tiempo" antes de que se alcance una igualdad real entre hombres y mujeres dentro del mundo de la empresa.

Precisamente, esta es la mayor pega que le pone a la normativa: "No basta con aprobar una ley. También hay que desarrollarla y hacerla cumplir. Y esta ley ni siquiera es de obligado cumplimiento para todo el mundo".

A su juicio, "lo que está claro es que hay que darle responsabilidades a las mujeres, aunque se trate de empresas familiares. No puede ser que el varón tenga siempre el derecho a gerenciar las empresas. Hay que tener en cuenta la capacidad, no el sexo".

Tampoco le sorprende a Barrientos el alto porcentaje de mujeres, casi un 60%, que sigue considerando la maternidad como un impedimento para desarrollar su carrera profesional. "Es muy duro que en una empresa cuando es un hombre el que va a tener un hijo todo sean felicitaciones y a la mujer se le diga que vaya tela , porque va a irse cuatro meses". "La maternidad es un bien social, no un castigo", concluye.