No tenía 16 años cuando su foto dio la vuelta al mundo bautizada como El rostro de 1966. Una adolescente rubia, de pelo corto, pecosa, esquelética, con ojos enormes y algo tristes. Lo nunca visto. Era inglesa, se apodaba Twiggy y con los Beatles, el Mini y Mary Quant, marcó una era y cambió para siempre la imagen de la vieja Inglaterra. Desde entonces ha corrido mucha agua en el Támesis, pero Twiggy ha demostrado ser insumergible. La National Portrait Gallery de Londres celebra estos días los 60 años de la primera supermodelo con una exposición y un libro que retratan la vida de Twiggy y toda una época.

La tímida estudiante de secundaria del norte de Londres acaparó de golpe, con su estilo lánguido y sus minifaldas, las portadas de las más importantes revistas de moda. Twiggy ha posado para los más grandes fotógrafos, como Cecil Beaton, Richard Avedon, Annie Leibovitz o una de sus íntimas amigas, Linda McCartney. Justin de Vileneuve la inmortalizó en 1973 junto a David Bowie para el álbum Pin Ups.

FELIZMENTE CASADA Años locos, en los que Twiggy no perdió la cabeza. Ni drogas, ni escándalos, ni clínicas de rehabilitación. El suyo ha sido un recorrido atípico. Felizmente casada desde hace más de 20 años, conserva una envidiable belleza, sin ayuda de la cirugía.

Además de haber sorteado las trampas clásicas del oficio, sigue posando ante las cámaras y disfrutando de gran popularidad. En Estados Unidos triunfó como jurado en un programa de jóvenes en busca de la fama. En Gran Bretaña es, desde hace varias temporadas, la imagen de Marks and Spencer y de la firma de cosmética Olay. Twiggy: La vida de una supermodelo en fotos estará abierta hasta el próximo 21 de marzo.