La reina Isabel II se ha visto obligada a cancelar la cena de Navidad que ofrece a los empleados de sus posesiones por la crisis. Cerca de 600 trabajadores esperaban asistir al ágape con un acompañante, pero la crisis ha llegado a Buckingham Palace. Según un portavoz de la Casa Real, "la reina es consciente de la crisis que sufre el país. Por eso, se decidió mostrar moderación y no celebrar la fiesta este año". El diario británico The Independent ya informó en septiembre de que el Gobierno de Londres le quitó a la monarquía su control sobre las finanzas de Palacio. Algunos expertos indicaron al diario que la reina podría llegar a depender de su fortuna personal.